L’Aquila, Italia, 8 de julio. Al iniciar la cumbre del G-8, los líderes de los países más industrializadas dejaron de manifiesto que la economía mundial aún enfrenta riesgos significativos y que es demasiado pronto para retirar las medidas implementadas para combatir la recesión más profunda desde la gran depresión.

Asimismo, en la declaración común dejaron asentado que si bien hay señales de estabilización de la economía mundial, la situación sigue siendo incierta y que siguen pesando riesgos importantes sobre la estabilidad económica y financiera.

El documento del G-8 advirtió además de que las estrategias de salida de los paquetes de crecimiento sólo deberían ser desarrollados una vez que la recuperación esté asegurada.

En tanto, uno de los temas previstos a abordarse en el foro es la propuesta de China para buscar una nueva moneda de reserva global como alternativa al dólar. De entrada, como Brasil –país asistente por ser integrante del G-5, mismo que realizó una reunión previa a esta cumbre– secundó la proposición.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, dijo que quería explorar la posibilidad de nuevas relaciones comerciales que no dependan del dólar.

Sin embargo, dicho debate podría haber quedado relegado. Según un borrador al que tuvo acceso la agencia Reuters, el análisis sobre el particular sería renfocado exclusivamente hacia los desequilibrios económicos mundiales.

Si bien el país impulsor del tema se ha quejado de que el dominio del dólar ha exacerbado la crisis mundial y teme que la factura de la recuperación de EU suponga un riesgo de inflación para los bienes chinos en dólares, la ausencia del presidente de aquella nación, Hu Jintao –quien regresó a su país para atender el conflicto entre dos etnias–, podría definitivamente dejarlo de lado.

Al respecto, Alemania, Francia y Canadá, todos miembros del G-8, minimizaron las versiones de que la cumbre incluiría una discusión cambiaria detallada. Una fuente de la oficina del presidente francés Nicolas Sarkozy dijo que el G-8 no es, en general, el foro (...) para discutir los tipos de cambio.

En otro orden, los líderes del G-8 se comprometieron a reducir a la mitad antes de 2050 la emisión mundial de gases de efecto invernadero e incluso elevaron el nivel a 80 por ciento para los países industrializados.

Según la declaración de este día de trabajos, los porcentajes fijados tienen como objetivo limitar el calentamiento del planeta en dos grados centígrados en relación con los niveles preindustriales. Los ocho países más industrializados, que representan 13 por ciento de la población y 40 por ciento de las emisiones mundiales de gases, adoptan un objetivo que los involucra exclusivamente al ser considerados los mayores contaminantes del planeta.

Tal objetivo fue inmediatamente considerado inaceptable e inalcanzable por Arkady Dvorkovich, asesor del presidente ruso Dimitri Medvedev. No vamos a sacrificar el crecimiento económico por causa de la reducción de las emisiones de gases, agregó.