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Astillero

Las listas

Apellidos sugerentes

Candados a nuevos partidos

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Una mujer vestida como bombero, con el rostro con tizne y cargando dos muñecos que simulaban bebés quemados, durante la protesta de familiares de los 48 infantes muertos en el incendio de la guardería ABC de Hermosillo. La manifestación se realizó frente a la sede del Senado de la República en el momento en que se realizaba la comparecencia del titular del IMSS, Daniel Karam, ante legisladoresFoto María Meléndrez Parada
L

a Karambina de Ambrosio que ocupa la dirección del Seguro Social tuvo razón facciosa en retener contra viento y marea la lista de beneficiados con el sistema de subrogación del servicio de guarderías infantiles hasta después de las elecciones que, de todos modos, la pandilla fallida de Los Pinos habría de perder estrepitosamente. La aparición de los apellidos Fox, Calderón, Medina Plascencia y Borrego Estrada, así sea con circunstancias atenuantes, e incluso excluyentes, habrían enderezado contra el panismo una cuota mayor de indignación nacional e incluso podrían haber variado la expresión sonorense de castigo que de manera simplista creyó adecuado favorecer a una de las partes culpables del infortunio ABC, al panismo que tan responsable es de aquella tragedia como la voracidad y frivolidad del priísmo alineado con el empresario Bours. Cierto es que el hermano de Vicente aparece como fundador y ya no tendría participación en una guardería, y que un primo o pariente de quien luego viviría en Los Pinos no tenía por qué ser vetado de una legítima aspiración empresarial sólo por esa relación familiar, y que Medina Plascencia, cuyo hermano aparece en la nómina mencionada, ha anunciado varias veces retiros de la política que son más oportunidad para desahogos de lágrimas tácticas que para verdaderos apartamientos, y que Genaro Borrego Estrada fue priísta relevante (director del Seguro Social, entre otros cargos), aunque acabó siendo afluente útil para el calderonismo, pero en una etapa de linchamientos políticos al vapor como se vive actualmente, la aparición de esos datos hubiera sido precioso material propagandístico en contra del navío titánico blanquiazul, con todo y que también son mencionados políticos pertenecientes a otros partidos, como una ex diputada federal perredista, un ex gobernador de Campeche y un funcionario del gobierno zacatecano.

Las listas como expresión de muchos listos, no porque hubiera de satanizarse el derecho a recibir una concesión estatal, sino porque en varios casos la entrega de esas prebendas (dinero en volumen para atender a infantes en condiciones que entre más austeras o recortadas significarían más ganancia para los empresarios) forma parte del mapa de la corrupción mexicana que saquea el erario mediante fórmulas aparentemente santificadas por el libre mercado pero que en realidad sirven para que los encaramados en el poder transfieran recursos públicos a parentelas, partidismos y cuatachería varia.

En ese contexto, la tardanza del políticamente precario Daniel Karam en difundir tales datos que urgían de rápido conocimiento público, y la evidencia de que se buscó impedir que ciertos nombres y apellidos dañaran las aspiraciones electorales felipenses, constituyen una forma de agravio a la sociedad de parte de un personaje que debería ser echado de ese cargo al que llegó solamente por pertenecer al círculo íntimo que Calderón habilitó a su alrededor por razones personalísimas y al que ha ido entregando, grosera y perniciosamente, cargos de primer nivel para los que los cortesanos favoritos no están preparados y en los que reiteradamente han estado lesionando los más altos intereses de la nación.

Astillas

El panismo encabezado por el jefe Diego negoció en 1988 la legitimación de facto de Carlos Salinas de Gortari a cambio de la paulatina entrega de cargos antes negados a la oposición, como las gubernaturas que a partir de Ernesto Ruffo, en Baja California, comenzaron a caer graciosamente en la canasta básica de los blanquiazules complacientes. Luego de 2006, los Chuchos comenzaron su apasionada entrega al calderonismo mediante la aprobación de reformas electorales beltrónicas que, entre otras cosas, obstruyeran al máximo las posibilidades de participación del movimiento encabezado por López Obrador, con especial cuidado en cerrar la puerta a la creación de partidos políticos hasta después de las elecciones presidenciales de 2012. Así pues, el tabasqueño persistente no puede convocar a la constitución de un nuevo partido para las venideras contiendas federales, sino buscar la manera de competir bajo el nombre de los organismos con registro que le sea posible. Con ese candado intencionalmente dedicado a AMLO, las únicas posibilidades directas de la segunda candidatura pejista estarían en el ámbito de los partidos del Trabajo y Convergencia, especialmente del PT, que ha tenido un comportamiento recto y franco con el tabasqueño y que puso a disposición de López Obrador buena parte de su reserva de candidaturas viables a diputados federales. Ambos partidos, PT y Convergencia, tienen orígenes polémicos, liderazgos cuestionados y ciertos cuadros impregnados de tufos indeseables (Adolfo Orive, en el primero; el Fish, en el segundo, por citar dos casos), pero son la alternativa posible en un mundillo institucional electoral secuestrado por un tripartidismo convenido (PRI, PAN y PRD-Chucho). Otro camino podría ser la exploración de la viabilidad de que un partido con registro lo cediera al movimiento amplio de resistencia cívica (el PT o Convergencia, por no decir que el único dispuesto a ese sacrificio podría ser el primero), al estilo de lo que hizo el Partido Mexicano de los Socialistas, con el generoso Heberto Castillo al frente. Y una tercera opción, al estilo Juanito, que a la vista de lo sucedido en Iztapalapa faculta a multiplicar y fortalecer los ejercicios de imaginación arriesgada: anunciar la creación de un movimiento político y electoral que sostenga una candidatura presidencial en las condiciones actuales, con las siglas de los partidos que estén dispuestos a participar, pero con el compromiso de que después de 2012 ese capital político y electoral desembocará en la construcción, entonces sí, de un nuevo partido.

Y, mientras la guardería fraterna Fox hace leña del arbolito caído que dice llamarse Felipe, ¡hasta mañana, con el sargento Gómez Mont defendiendo el fuero militar ante acusaciones internacionales de abusos castrenses!