A dos años de haberse convertido en la primera mujer latinoamericana en cruzar el Canal de la Mancha, en estilo dorso, Raquel Márquez regresará, ahora con el objetivo de realizar un cruce doble en busca de Brazadas por la Vida, como denominó su proyecto de colaborar con su esfuerzo en la lucha contra el cáncer de médula ósea.

De manera simbólica, cada brazada de la nadadora, como ella misma lo ha promovido durante su preparación hacia el cruce, tendrá un costo de 200 pesos, dinero que se destinará a la Fundación Aquí Nadie se Rinde AC (Anser), que respalda a niños con cáncer de escasos recursos.

Gracias a todos por la respuesta que han dado a este proyecto que no se hace solo. La verdad es que hemos hecho una gran preparación porque este cruce es para una buena causa y no quiero defraudar a los niños de la fundación, señaló Márquez, quien ayer fue abanderada en una ceremonia en la Conade, en la que fue acompañada por uno de los niños en tratamiento, Julio César Ruiz García.

La distancia de ida y vuelta entre Dover, Inglaterra, y Calais, Francia, es de 68 kilómetros, pero la nadadora estima que el trayecto podría extenderse a unos 100 kilómetros, debido a las corrientes que modifican la ruta.

Márquez, quien viajará el sábado para iniciar de inmediato el proceso de aclimatación en las aguas heladas, indicó que el intento, para el que ha sido autorizada en una ventana del 28 de julio al 6 de agosto, dependerá de las condiciones climáticas.

Por otra parte, la nadadora destacó los adeptos que han ganado las pruebas de aguas abiertas, ya integradas al programa olímpico, aunque descartó la posibilidad de prepararse para buscar un boleto rumbo a Londres 2000.

Indicó que si bien es un orgullo representar a México, por el momento ha suspendido su labor como maestra de inglés en la UNAM, pero espera retomarlo al terminar su objetivo en el Canal de la Mancha.