Martín Esparza rindió protesta ayer para una tercera gestión (2009-2011) al frente de la secretaría general del Sindicato Mexicano de Electricistas, enmedio de impugnaciones del grupo disidente que encabeza el aún tesorero de esa agrupación y principal rival, Alejandro Muñoz.

Ante la farsa que en estos momento se lleva a cabo en el auditorio (del SME), les respondemos (a Esparza y grupo) que no van a tener un momento de paz; vamos a ir centro por centro en defensa del voto, porque esta elección la ganó Alejandro Muñoz, proclamaba micrófono en mano Alfredo Ríos Solís, vocero del aspirante, ante cientos de trabajadores reunidos en las inmediaciones del sindicato.

Simultáneamente, en un auditorio abarrotado y con un fuerte dispositivo de seguridad, impuesto por los propios electricistas ante el temor de que irrumpiera la disidencia que bloqueó la calle de Antonio Caso, de Reforma a Insurgentes, Esparza hizo un llamado a la unidad sindical, tras advertir que existe una campaña de los neoliberales para dividir y menguar al SME.

“Lo que se viene no es cosa fácil –advirtió Esparza–. El Congreso se prepara para impulsar la reforma laboral y acabar con el contrato colectivo de trabajo (CCT); quieren dividir al SME, porque para los neoliberales el mejor sindicato es el que no existe.”

Esparza recordó que se avecina la revisión del CCT suscrito entre el SME y Luz y Fuerza del Centro (LFC), y advirtió del riesgo de que ahora sí, con la fórmula PRI-PVEM en el Congreso, pueda salir adelante la tan proclamada reforma laboral que el PAN no ha podido concretar desde finales de los 90, así como la reforma energética y fiscal que con su visión neoliberal persiguen.

Acompañado por diversas figuras, entre ellas el ex senador del PRI Manuel Bartlett; el analista geopolítico Alfredo Jalife-Rahme, y dirigentes de diversas organizaciones sindicales, como Benito Bahena –líder de los tranviarios–, el dirigente del SME destacó los ajustes en el presupuesto que ha sufrido LFC, entre otras dependencias federales; el crítico escenario económico para el país y la clase trabajadora, y las respuestas tardías del gobierno federal.

De ahí su llamado a cientos de electricistas para intensificar la movilización y exigir la iniciativa que impulsa el SME para abatir las tarifas domésticas de altos consumos –que impuso el gobierno de Vicente Fox– y exigir que se vuelva a la estatización de los fondos de ahorro para el retiro de los trabajadores.

A nivel interno propuso, además de la conciliación para evitar la desaparición del SME, la realización de una asamblea general para que sean los trabajadores quienes decidan el porcentaje del salario que se destinará a las cuotas sindicales. Dio a conocer también la recuperación, adquisición y mantenimiento de activos (bienes muebles e inmuebles) del SME, las prestaciones para activos y jubilados, el incremento de la productividad –que permitió recuperar 6 mil 723 millones de pesos a LFC–, y el proceso para que la paraestatal participe en el uso de mil 100 kilómetros de fibra óptica tendida en los estados donde suministra energía, para brindar servicios de voz, video y datos.