Washington, 15 de julio. La secretaria de Estado estadunidense Hillary Clinton afirmó que Estados Unidos está dispuesto a reanudar debates con Irán, pero que la oportunidad no quedará abierta indefinidamente, según extractos del discurso que pronunciará este miércoles.

Clinton justificó así la decisión del presidente Barack Obama de continuar buscando abrir el diálogo con Irán, pese a la reciente represión de las manifestaciones populares tras la relección controvertida del presidente Mahmud Ahmadinejad.

No hay que tener miedo o vacilar en discutir, según Clinton. Sin embargo, algunos sugieren que es un símbolo de debilidad o de ingeniudad, es decir, una manera de consentir las medidas de represión de estos países contra su propio pueblo, agregó la funcionaria.

Esto es falso. El presidente y yo misma pensamos que el rechazo al diálogo con estos países casi nunca los penaliza, resaltó. Sabemos hasta dónde el programa nuclear de Irán avanzó y sabemos que rechazar discutir con la república islámica no logró alterar la carrera iraní hacia el arma nuclear, ni reducir el apoyo de Teherán al terrorismo, ni mejorar la forma en que Irán trata a sus ciudadanos, prosiguió.

Ni el presidente ni yo misma nos hacemos ilusiones de que un diálogo directo con Irán garantice el éxito, apuntó.

Pero entendemos asimismo lo importante que es intentar dialogar con Irán y ofrecer a sus dirigentes una opción clara: o bien convertirse en un miembro responsable de la comunidad internacional, o continuar sobre la vía del aislamiento, manifestó.

En referencia a los enemigos de Estados Unidos en el mundo, Clinton afirmó que la voluntad de diálogo del gobierno de Obama no debe ser considerada débil. “No vacilaremos en defendernos y defender a nuestros aliados, vigorosamente si es necesario, con el ejército más poderoso del mundo.

No es una opinión que deseemos, ni una amenaza. Es una promesa al pueblo estadunidense, resaltó.

Lanza oferta a talibanes

Asimismo, Clinton tendió la mano a combatientes del talibán que estén dispuestos a renunciar a la violencia, y aportó así su apoyo a la oferta de diálogo del presidente afgano, Hamid Karzai.

Comprendemos que no todos los que combaten al lado del talibán apoyan a Al Qaeda ni comparten las políticas extremistas que los talibanes aplicaron cuando estaban en el poder, prosiguió Clinton.

Y hoy, con nuestros aliados afganos, estamos listos para saludar a cualquier persona aliada a los talibanes que renuncie a Al Qaeda, deponga las armas y quiera participar en la sociedad libre y abierta prevista por la Constitución afgana, concluyó.