El modelo de comunicación política introducido en la pasada reforma electoral debe preservarse porque aportó dos elementos centrales: impedir que el dinero marcara el rumbo de la campaña y permitir el acceso equitativo de todos los partidos a radio y televisión, señaló el presidente del Comité de Radio y Televisión del Instituto Federal Electoral (IFE), Virgilio Andrade, para quien el organismo cumplió razonablemente bien uno de los aspectos más polémicos de la contienda.

Entrevistado sobre el saldo del proceso electoral, consideró que el papel de los medios de comunicación y su relación con el IFE fue el más polémico y el que concentró la mayor atención. Hubo momentos de conflicto y rispidez por el cumplimiento de la ley, pero también espacios de cooperación de la industria, que incluso realizó inversiones para cumplir con el marco legal en términos generales.

Reconoció que las empresas cumplieron razonablemente lo concerniente a la transmisión de los espots del IFE que, por su parte, hizo esfuerzos administrativos y logísticos importantes para garantizar que los materiales llegaran a los más de 2 mil concesionarios de radio y televisión de todo el país.

El consejero destacó que el modelo es de enorme complejidad para el IFE por la necesidad de administrar los tiempos del Estado y el cumplimiento de plazos para mantener al aire a los partidos políticos todos los días del año. Es un modelo que, por otro lado, adquiere una intensidad en los procesos electorales donde se incrementan siete veces el número de espots programados por el IFE.

–¿Habría que preservar el modelo?

–Deben establecerse relaciones de mayor cooperación con otras instituciones y con la propia industria de radio y televisión, paradójicamente.

–¿Los cambios serían fundamentales para evitar el desgaste de la autoridad electoral?

–Es el tema más importante en términos de reflexión de fondo porque se consiguió el propósito de que el dinero no vaya condicionando los resultados de la elección o que tenga una incidencia importante, como pudo haber sido en la época de contratación comercial, pero la dimensión es tal que requiere de depuraciones sucesivas en términos de administración.

–¿Pero ha sido favorable?

–Tiene dos grandes ventajas: no hay desviación de dinero hacia otros actores y sí genera condiciones de equidad desde el momento en que todos los partidos pueden tener presencia en radio y televisión en los horarios de mayor audiencia y a cualquier hora, gracias a la programación del IFE, que introdujo mecanismos para una distribución equitativa entre los partidos.

A pregunta expresa sobre el arbitraje que tuvo el IFE en el pasado proceso electoral y los excesos en que incurrió el Partido Verde Ecologista de México en materia de radio y televisión, Andrade consideró que en términos generales el instituto cumplió razonablemente.

Aunque reconoció que en algunos aspectos hubo dilaciones. Una vez iniciado el procedimiento sancionador se aplicaron en forma y en tiempos estrictos y terminó sancionando prácticamente todo, incluso con la aprobación de una polémica decisión final, con el retiro de los espots de la revista Vértigo.

–¿En ciertos momentos parecía una autoridad rebasada?

–Más que esos términos, una autoridad muy inmersa en la controversia, derivado de los temas que son dilema: si era válido que los partidos usaran en su propaganda a los gobernantes que son sus militantes; si es válida la propaganda en You tube, y qué alcances tiene la propaganda calumniosa o denigratoria; qué alcances tiene en los medios la presencia de candidatos y partidos fuera de los espots pautados por el IFE.

En general, dijo, el IFE tuvo el tino de retirar algunos espots para evitar afectaciones a la contienda, pero en esta lógica dijo que estas experiencias pueden ser recogidas en la reflexión sobre el futuro del modelo de comunicación, concluyó.