Los médicos informaron a su padre que lo desconectarán en cualquier momento
Los signos vitales ya no responden, el cerebro está atrofiado y con hemorragias fuera de control
No me oye ni me contesta, señaló su progenitor
Todo está en regla, no hubo nada raro: León
Miércoles 22 de julio de 2009, p. a13
Puerto Vallarta, Jal., 21 de julio. El boxeador Marco Antonio Nazareth no resistió más, su organismo no reaccionó y ahora sólo esperan el inminente desenlace, por lo que se analiza desconectarlo en cualquier momento de los aparatos que lo mantienen con vida, según informaron los familiares del joven conocido como el Texano.
Me acerqué a él porque dicen que el oído es lo último que se pierde, pero ya no me contesta, ya no oye y prácticamente el cerebro está destruido
, confesó Marco Antonio Nazareth, padre del pugilista.
Por la noche, algunos amigos y parientes llegaron al nosocomio con ramos de flores.
Tras una leve mejoría, la salud del boxeador empezó a decaer de manera constante, por lo que alrededor de las 16 horas se informó a la familia que la esperanza de vida para el joven de 24 años eran prácticamente nulas.
Lo que pasa es que los signos vitales ya no responden. Ese es el problema. El cerebro está completamente atrofiado de hematomas, hubo un rompimiento de venas en él y hay un sangrado que ya se salió de control. Ha tenido dos o tres brincos muy fuertes del corazón, tuvo una fuerte contracción, entonces el diagnóstico es esperar nomás... de un momento a otro
, dijo el padre de Nazareth, a quien los médicos ya le advirtieron que debe prepararse para lo peor.
Es cuestión de horas
Según comentó Javier León, entrenador del Texano, será en cuestión de horas que se declare la muerte del joven, porque el cerebro ya no está mandando señales al cuerpo, está respirando por los tubos, por el aire que le están dando
.
Nazareth sufrió una lesión cerebral tras la segunda pelea que sostuvo contra Omar Chávez en Puerto Vallarta –ya se habían enfrentado un año antes–, donde ambos púgiles intercambiaron violentos golpes durante los cuatro episodios que duró el combate.
Al terminar la contienda, que ganó Chávez por nocaut técnico, Nazareth estaba aún en pie, inclusive felicitó a su oponente y se dio tiempo para declarar su admiración por Julio César Chávez, presente en la función.
Sentado en su esquina, el Texano se sintió mareado y se desvaneció, por lo que tuvo que ser trasladado inconsciente a un hospital de la localidad, donde fue intervenido para eliminar un coágulo en el cerebro.
Tanto castigo que recibió en una sola noche, en unos cuantos minutos, yo creo que eso pudo haberlo afectado
, señaló León, quien aseguró que Marco contaba con todos los exámenes médicos de rigor y el aval de la Comisión de Box de Puerto Vallarta.
“Está todo en regla, tiene su salida médica, su examen médico aquí en Puerto Vallarta, no hubo nada raro, no se trata de encontrar culpables. Sé que la gente me va a cuestionar a mí y a todo mundo, pero hablé con los papás del Texano y están conscientes de que fue un simple accidente”, comentó.
En ese sentido, el progenitor del boxeador coincidió en que éste es un desafortunado incidente que podría ocurrir en cualquier otra disciplina.
Eso es lo que pienso, podría haberle pasado al contrincante, le pasó a él y bueno, es un deporte de riesgos
, concluyó.
El trágico incidente de Nazareth abre una vez más una herida sensible sobre los riesgos en un deporte que, según algunas versiones, ha cobrado más de 500 muertes en los últimos 100 años.
En 2008 perecieron cuatro púgiles como consecuencia de los golpes que recibieron sobre el cuadrilátero, entre ellos los mexicanos Tino Lugo, en Culiacán, y Daniel Aguillón, en el DF.
En lo que va de 2009 ya han fallecido dos peleadores: el mexicano Benjamín Flores, a los 25 años de edad, tras el combate con Al Seeger, en Dallas, y unos días después murió el húngaro András Nagy durante un entrenamiento de preparación, en Melbourne, Australia.
Apenas en diciembre pasado, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal convocó a un foro sobre los riesgos en los deportes de contacto, en el que participaron peleadores, mánagers, promotores y dirigentes de organismos y comisiones.
Entre las conclusiones del encuentro destacaron la necesidad de legislar para eliminar las irregularidades que enrarecen un deporte donde se pone en riesgo la vida de los protagonistas, y se insistió en reglamentar para evitar combates desiguales.
El doctor Horacio Ramírez Mercado, jefe de los servicios médicos de la Comisión de Boxeo del Distrito Federal, comentó que aunque este deporte es de alto riesgo, existen circunstancias que lo hacen potencialmente más peligroso.
“Los récords pudieron ser la diferencia, ya que aunque el combate fue a seis asaltos, Omar Chávez tiene más experiencia.
Otra cosa es la diferencia de peso. Chávez es un superligero natural y su rival era más bajito y con una estatura menor a la de la división. También el trabajo del réferi Guillermo Ayón, quien se tardó en detener la batalla
, comentó.
El récord del Texano sobresalía por su brevedad: apenas ocho combates, cuatro ganados (tres por nocaut) y cuatro derrotas, tres por la vía rápida, mientras Omar Chávez acumula 18 combates, 13 nocauts y sólo un empate.