La pobreza y la falta de consolidación de una ciudadanía participativa son factores para que la democracia no sea una realidad en México, afirmaron especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) durante una jornada de análisis de los comicios del pasado 5 de julio. Destacaron que la falta de confianza en las instituciones políticas y sociales, así como en los organismos de participación pública han generado que en los últimos años hayan descendido dramáticamente las expectativas que tienen los ciudadanos sobre un régimen que se asume como democrático.

Javier Santiago Castillo, politólogo y coordinador del Centro de Estadística y Documentación Electoral de la UAM, indicó que la pobreza aún es el principal elemento del clientelismo político, lo que podríamos considerar como un factor de perversión del sistema democrático, ante un Estado que ha desarrollado políticas paternalistas y asistencialistas para combatir la extrema pobreza.

Al analizar las estrategias políticas asumidas en el contexto de la contienda electoral del pasado 5 de julio, refirió que, pese a que la campaña del voto nulo caló en un sector de la sociedad, pues duplicó la tasa promedio nacional al alcanzar más de 5 por ciento, en los hechos la sociedad civil no ha encontrado los canales para expresar su inconformidad ante el hartazgo que le genera el sistema de partidos, subrayó.

Respecto de los partidos, si bien destacó que el PRI “jugó bien su política de alianzas, mientras que el PAN fracasó en su estrategia de ir solo a las elecciones, y el PRD se desvaneció en pugnas internas, no se puede simplificar el resultado como un regreso del PRI al poder, pues será necesario un análisis más minucioso para conocer las verdaderas causas del voto tricolor”.

Enrique Cuna Pérez, politólogo y especialista de la unidad Iztapalapa, enfatizó que la consolidación de una cultura política del ciudadano y su adhesión a la democracia como única forma de gobierno está asociada no sólo factores políticos, sino también sociales, pues desempleo, pobreza e inseguridad preocupan mucho más a los ciudadanos que la actividad política.

Agregó que, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, ha descendido en los últimos años la confianza que tenemos a las instituciones tanto sociales como políticas, pero también la adhesión a la democracia y a una satisfacción positiva de su aplicación, pues sólo 5 de cada 10 mexicanos considera que sí hay democracia en el país.

Luis Reyes García, especialista en el sistema político mexicano, indicó que aún estamos lejos de construir una ciudadanía libre e informada que participe de forma activa en la toma de decisiones, pues desde el pasado remoto, arrastramos mecanismos de cooptación clientelar que han sido muy difíciles de superar. La prueba es que en el pasado proceso electoral sólo acudió a las urnas 45 por ciento del electorado.