Salzburgo, 25 de julio. Con una dura crítica al teatro de director, fue inaugurada hoy la 89 edición del Festival de Salzburgo en Austria. El escritor alemán Daniel Kehlmann, de 34 años, analizó en su muy personal discurso inaugural a su padre, el director Michael Kehlmann, y criticó duramente la obligatoriedad de modernidad del teatro actual. El inicio artístico del festival será por la noche con la nueva puesta en escena del oratorio de Händel Theodora, bajo la dirección de Christof Loy. Antes de iniciarse el festival se discutió sobre su relevancia artística y la calidad de las representaciones. Varios expertos criticaron el festival como antiguo y reclamaron un cambio generacional. Kehlmann alabó en su discurso a su padre como gran realizador teatral, que, sin embargo, en las últimas décadas pasó de moda, por lo que ya no pudo ejercer su profesión. Cuando mi padre no pudo ejercer más su trabajo por la transformación de las circunstancias, la enfermedad del olvido cayó progresivamente sobre él, hasta que finalmente la demencia lo liberó de la consciencia de la decepción. Hoy en día los extranjeros que van al teatro en Alemania quedan bastante confundidos, añadió. “‘¿Qué es esto que ocurre aquí?’, se preguntan. ‘¿Por qué siempre hay alguien manchado con algo? ¿Para qué todos esos movimientos bruscos y esos gritos histéricos? ¿Es una disposición estatal?’” La pregunta más cargada de ideología es aquella sobre si representar a Schiller con vestuario de época o actualizado. Es más posible afirmar el más puro disparate, sin resistencia, que expresar suave y tímidamente que la puesta en escena históricamente correcta de una obra de teatro es sólo una decisión estética, ni mejor ni peor que el distanciamiento, pero de ninguna manera un proceso reaccionario en sí. Para Kehlmann, el teatro de director entró hace tiempo en la vida burguesa, que describió al principio de su discurso con una cita de Max Reinhardt como estrechamente limitada y pobre en contenidos sentimentales. En un mundo en el que ya nadie lee a Marx y las discusiones controvertidas en realidad sólo giran en torno al deporte, el teatro de director degeneró en el último reducto de la ideología de izquierda, dijo. Además de la presidenta del festival, Helga Rabl-Stadler, también habló el presidente austriaco, Heinz Fischerl. Entre el público estaba el presidente de Portugal, Anibal Antonio Cavaco Silva, quien actualmente está de visita en Austria. El festival se celebra bajo el lema El juego de los poderosos. Hasta el 30 de agosto, se verán unos 190 actos. El programa teatral comienza el domingo con el tradicional Jedermann, que se representa desde 1920.