Caracas, 28 de julio. El presidente venezolano, Hugo Chávez, ordenó este martes congelar las relaciones de su país con Colombia tras acusaciones de que Caracas habría dado armamento a la guerrilla de ese país, y advirtió que ante nuevas imputaciones rompería definitivamente con Bogotá. Más aún, retiró a su embajador y a otros diplomáticos, y pidió a sus ministros sustituir las importaciones desde la nación vecina y estudiar la posible cancelación de proyectos conjuntos, como un gasoducto.

Chávez ratificó también su intención de seguir fortaleciendo su poder militar, en virtud de un acuerdo firmado el lunes con Rusia para nuevas compras de armamento, realización de maniobras conjuntas e intercambio de tecnología. No es armamentismo. Es que estamos amenazados, aseguró, al referirse al futuro despliegue de soldados estadunidenses en territorio de su vecino Colombia.

Con esa amenaza, ¿cómo vamos a descuidarnos? Es nuestra responsabilidad, y más cuando tenemos siete bases yanquis al lado. ¿Qué quieren, que nos rindamos? No, nada podrá parar esta revolución, proclamó.

La relación militar entre Rusia y Venezuela comenzó a tejerse cuando Estados Unidos restringió en 2006 la venta de armamento al país sudamericano por considerar que no colaboraba lo suficiente en la lucha contra el terrorismo.

Suecia pidió ayer explicaciones a Venezuela, luego que la revista Semana reveló que las autoridades colombianas confiscaron hace un año un arsenal a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que incluía armas antitanques y lanzacohetes, vendido por una empresa sueca a Caracas en la década de los 80.

De acuerdo con la revista, el gobierno colombiano notificó apenas hace dos meses, en una reunión de la Organización de Estados Americanos, celebrada en San Pedro Sula, Honduras, que el número de serie del lote de armas corresponderían a un arsenal adquirido por Caracas.

La publicación agregó que fue hasta ahora que se confirmó que las armas confiscadas a las FARC fueron vendidas inicialmente al gobierno venezolano, y que tres generales cercanos al presidente Chávez tuvieron participación en la entrega de las mismas a la insurgencia colombiana, considerada como organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.

En respuesta, Chávez declaró hoy que empezamos a congelar las relaciones económicas con Colombia, durante una transmisión de la televisión estatal.

Uribe prendió otra vez el ventilador. Ya basta, se acabó, no vamos a tolerar esto. Ese gobierno da vergüenza, está dirigido por irresponsables de la más grande calaña, agregó, al explicar que su embajador Gustavo Márquez ya fue avisado de la decisión del retiro y casualmente se encontraba en Caracas.

El presidente venezolano pidió que se empiecen a sustituir las importaciones desde Colombia, que según datos oficiales, en el primer semestre del año alcanzaron los 2 mil 620 millones de dólares.

Estas compras no son imprescindibles para nosotros, podemos conseguirlas de muchos países como Brasil (...) Si el gobierno de Colombia cree que dependemos de estas exportaciones están equivocados, más bien hemos sido generosos, aseveró Chávez.

El mandatario también mencionó la posibilidad de expropiar empresas colombianas presentes en territorio venezolano.

También pidió la revisión de las inversiones colombianas en el país, así como los proyectos conjuntos. Tampoco es imprescindible el gas que viene de Colombia. Podríamos cerrar el proyecto de un gasoducto, apuntó.

Al cierre de esta edición, no se pudo obtener una reacción del gobierno del presidente Álvaro Uribe, quien viajaba a Costa Rica con su canciller.

Chávez decidió la semana pasada revisar los lazos con Bogotá después que el gobierno de Uribe logró un preacuerdo con Washington para incrementar la presencia de soldados estadunidenses en cuatro bases en Colombia.

Cuando Uribe anunció el preacuerdo, precisamente el 20 de julio, día de la independencia colombiana, aseguró que las bases militares estadunidenses tendrían funciones limitadas.

En este contexto, y en lo que el gobierno de Ecuador consideró como un documento importante y una evidencia a su favor, la dirigencia de las FARC desmintió en un comunicado con fecha del pasado día 25, haber aportado dinero a la primera campaña del presidente Rafael Correa, como lo aseguró la administración uribista que para sustentar su acusación mostró un video en el que supuestamente el comandante guerrillero Jorge Briceño, Mono Jojoy, hablaba sobre esas aportaciones.