Luego de nueve días en huelga de hambre, tres trabajadores del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán siguen a la espera de que las autoridades den respuesta a su exigencia de cesar las hostilidades en su contra en el área de cocina y de mejorar la calidad de los productos que se compran para la preparación de alimentos de personal y pacientes del hospital.

Todo nos llega de mala calidad y luego nos quieren culpar, dijeron los empleados, para luego recordar que en dos ocasiones, la más reciente hace un par de años, se han registrado internamientos masivos al hospital, de trabajadores afectados por infecciones gastrointestinales.

En ambos casos, la causa fue la mala calidad de la comida, afirmaron. Y aunque en 2007 fue cesada la jefa de la cocina, desde entonces los trabajadores han enfrentado una serie de represalias, la más reciente, la acusación, supuestamente hecha por un paciente, de que le dieron de comer brócoli con gusanos.

A pesar de la gravedad de la falta, cuatro de los trabajadores involucrados en la preparación de alimentos no fueron notificados de ninguna anomalía, y sólo se enteraron un mes y medio después, cuando acudieron al levantamiento de una acta administrativa. Como resultado de la investigación, que sólo tuvo como prueba la versión de la coordinadora de nutrición hospitalaria y ambulatoria, las autoridades determinaron una suspensión de tres días para cada uno de los empleados.

En protesta por lo que consideran un abuso y violación de sus condiciones generales de trabajo, las nutriólogas Mónica Flores, Ana María del Ángel Estrada, y el auxiliar de cocina José Alfredo Juárez, iniciaron la huelga de hambre el martes 21 de julio.

Con diversas acciones de protesta han buscado presionar a las autoridades para que los escuchen y atiendan sus demandas. El pasado viernes, los trabajadores, usuarios del comedor, se solidarizaron con sus compañeros en huelga de hambre y decidieron no ingerir alimento alguno.

No obstante, las autoridades los acusaron de haber cerrado las puertas del comedor, la entrada principal del hospital y los accesos a los estacionamientos, por lo que iniciaron nuevos procedimientos administrativos en contra de tres de las personas que participaron en la protesta. Desde el miércoles, se solicitó la presencia de policías federales armados, que se han instalado en el interior del inmueble y, particularmente, en el acceso al comedor y las oficinas de gobierno.

Por su parte, el instituto, en voz de Ezequiel López Amor, director de cooperación interinstitucional, señaló que el área de recursos humanos del instituto tiene la disposición de escuchar a los inconformes y solucionar el conflicto. Sin embargo, leyó un comunicado en el que el consejo técnico de administración y programas del instituto afirma que el procedimiento administrativo efectuado en contra de los trabajadores fue legal y se respetó su derecho de audiencia.

Además, señala que las acciones emprendidas por los quejosos han afectado los servicios de alimentación que se proporcionan a los pacientes y los trabajadores que hacen uso del servicio de comedor.