Presentaron el catálogo de su exposición Pintura en obra/ Paitworks
Jueves 13 de agosto de 2009, p. 5
El artista Yishai Jusidman, uno de los pintores más destacados de la escena contemporánea mexicana, consideró que articular y lograr que el arte no hable sólo de sí mismo y pueda involucrarse con el mundo es uno de los retos para los creadores en los pasados 40 años
.
La pintura, agregó, está muy mal posicionada para involucrarse en lo político y lo social. El ejemplo más reciente que tuvo un efecto social fue el muralismo mexicano. Por tanto, me interesa rearticular, con mi trabajo, mi propia relación con la pintura, con la obra de arte
.
Durante una charla con el curador Erik Castillo, efectuada la noche del martes en el Museo de Arte Moderno (MAM), a propósito de la publicación del libro Pintura en obra/ Paintworks, sobre la exposición que alberga ese recinto, Jusidman reconoció que la obra de arte no concluye en el estudio, sino que el verdadero efecto surge cuando el espectador se involucra con la pieza.
Sostuvo que en el sentido más tradicional de la aproximación a la pintura y el arte, a partir del romanticismo, surgió la idea de que el artista tiene una relación íntima con su obra y que el objetivo de interpretar la pieza implica dilucidar sobre el creador.
Como una obra provocadora, que abunda en la naturaleza del arte e interroga al espectador y lo involucra en el proceso artístico, así define la crítica el trabajo de Jusidman. Esta preocupación en torno a la reflexión del quehacer estético sólo puede venir de alguien comprometido desde siempre con el proceso creativo.
Contra clichés o artículos de fe
Ante el cuestionamiento del curador Erik Castillo a la forma en que Jusidman entiende el arte, éste aclaró: “si un artista señala que la obra tiene un significado cerrado hasta que participa el espectador, eso no quiere decir que esté abierta a cualquier interpretación y no diga nada.
“Me interesa –explicó el pintor– que el espectador se involucre con mi trabajo y al mismo tiempo cuestione que vive esa experiencia con la obra.”
Castillo, a su vez, comentó que en el manifiesto incluido en la exposición y en el libro, Jusidman se refiere a las estéticas espurias
y propone una caracterización de que la pintura busca tener un soporte existencial o una relación fuerte con quien la crea.
En el Manifiesto contra las estéticas espurias, el artista afirma que en las pinturas existen muchas suposiciones arbitrarias sostenidas a fuerza de costumbre, que se convierten en mitos sofocantes, clichés o artículos de fe.
“Lo que digo en el manifiesto –abundó Jusidman– es que no podemos basarnos en la normatividad de que una obra de arte bien hecha está más cerca de la verdad, del bien o de lo moralmente deseable. Se trata de un juego en el cual hay otros parámetros, como la estética, pero no por ello lo asocio con el bien.”
En su intervención, Erik Castillo dijo que en la serie The economist shuffle, de pequeñas impresiones recogidas de la sección The World This Week (El mundo está semana) del semanario The Economist, Jusidman expone las situaciones como un cuadro dotado de autonomía.
Al respecto, el artista explicó que toda su obra se refiere a lo pictórico y detalló que The economist shuffle es la que más hechos específicos aborda, pero se evoca la historia de la pintura al asociar las imágenes con artistas como Caravaggio o Friedrich. A veces ni siquiera sé cuál es la referencia.
El volumen, publicado por el Museo Amparo de Puebla, incluye las obras de Jusidman que integran la exposición, lo cual revela los núcleos de trabajo desarrollados por el artista. Las imágenes están acompañadas con textos del curador Christian Viveros-Fauné y del pintor.