Bogotá, 13 de agosto. Alfonso Cano, máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), anunció que ese grupo guerrillero está dispuesto a iniciar una negociación de paz, incluso en una eventual relección del presidente Álvaro Uribe, si el gobierno ofrece las condiciones que faciliten las conversaciones.

El mandatario rechazó responder a una declaración del jefe guerrillero, quien dijo que Colombia ataca a Venezuela y Ecuador para justificar la entrega de bases militares a Estados Unidos. Añadió que el líder de las FARC no es un interlocutor legítimo para una negociación de paz.

Nosotros no podemos convertir a los criminales en legítimos contradictores, ese bandido (Cano) lleva 40 años engañando a Colombia. Ese bandido habla de diálogo cuando lo que hace es ordenar asesinatos, señaló Uribe.

Cano, en entrevista que respondió por correo electrónico a la revista Cambio, dijo que las FARC no tienen contacto con el gobierno. Lo esencial son las concepciones políticas y los intereses que represente la persona que asuma el próximo periodo, dijo a pregunta sobre el impacto de una eventual relección de Uribe para una negociación de paz.

Si sus convicciones están inundadas de violencia, guerra, venganza y autoritarismo, la confrontación persistirá y seguramente alcanzará nuevos niveles. Si hay una visión democrática, civilizada, patriótica y realista, la perspectiva será alentadora para Colombia, dijo el sucesor del fallecido Manuel Marulanda Velez, Tirofijo.

Una salida civilizada al conflicto no puede depender de la voluntad de una persona por poderosa que sea. Independientemente de quién ocupe la presidencia, persistiremos en buscar salidas políticas al conflicto, insistió Cano.

Hay que hablar, dialogar y ello significa espacio, garantías, medio ambiente, grandeza, tolerancia, voluntad y decisión, aseguró el líder guerrillero, quien no reveló detalles sobre esas condiciones, mientras reiteró la disposición de las FARC de liberar al suboficial del ejército Pablo Emilio Moncayo, secuestrado desde hace más de 11 años.

Mientras, el presidente Barack Obama instruyó hoy en Washington al Departamento de Estado para que continúe el programa de interdicción aérea con Colombia, que permite seguir a aviones sospechosos de transportar droga e incluso derribarlos si no aterrizan cuando así se les ordena.