Si algo caracterizaba a Tere Pecanins, era la pasión por todo lo que emprendía y la generosidad al compartir sus logros. Fueron esos sentimientos los que la hicieron sostener, junto con sus hermanas, una galería que por mucho tiempo ha sido referente de los nuevos talentos en las artes plásticas mexicanas.

De esta manera fue recordada por sus amigos y familiares la galerista, pintora y directora de arte cinematográfico, quien falleció antier por la mañana después de una larga enfermedad que la tuvo en cama durante sus últimos meses.

En una agencia funeraria de la colonia Juárez, el cuerpo de María Teresa Pecanins fue velado la noche de ese mismo viernes. Ahí, con su féretro cubierto por la bandera de España –país en el que nació en 1930– y rodeado con múltiples arreglos florales, comenzaron a arribar quienes la conocieron y apreciaron por su trabajo y calidad humana.

Uno de los primeros en llegar fue el pintor de origen británico Brian Nissen, cuñado de Tere Pecanins, quien manifestó gran tristeza por su fallecimiento, porque todas las hermanas hicieron una labor cultural memorable en este país.

Pese a su muerte, evaluó el creador, tenemos que celebrar su gran esfuerzo, en una época en la que había más sentido de comunidad entre los artistas de México. En ese entonces comenzó una lucha para llevar el nuevo arte a una cultura que había quedado muy encerrada. Era como una bandera que llevamos en conjunto, y así me gustaría recordar a Tere.

De su trabajo como promotora del arte, destacó que su galería no era tan comercial en su criterio, sino que fue, es y siempre será la casa de los pintores.

Por su parte, el artista plástico Manuel Felguérez afirmó que los recuerdos que tiene de Pecanins son de toda la vida, desde que fuimos al Salón Independiente, hicimos varios viajes juntos a Zacatecas, nos conectaba con los pintores catalanes; además era una persona muy alegre, le encantaba bailar, le encantaban las fiestas. Era imparable.

Su galería era un ejemplo. En el lugar que tenía en Hamburgo, en la Zona Rosa, nos veíamos los pintores y nos ayudaban en todo. Era maravillosa; siento mucho que se haya ido.

Visiblemente triste, una de las hijas de Tere, la artista visual Yanni Pecanins, dijo que recordar a su madre era hablar del entusiasmo y la pasión por las cosas que le gustaban: la pintura, el cine, la vida. Mi mamá era una persona absolutamente vital y entusiasta y lo fue hasta el último segundo de su existencia. Fue una mujer que realizó muchas cosas importantes, y las hizo porque les metió el corazón y toda su energía.

La cantante Betsy Pecanins, sobrina de la galerista, destacó la enorme dedicación de ésta a la promoción de los nuevos talentos en la pintura y su presencia en diversos movimientos del arte contemporáneo, además de ser un puente para difundir la obra de los creadores mexicanos en España y viceversa.

La admiré siempre por ser una mujer con un gusto exquisito y una capacidad de trabajo y fortaleza enormes, además de su gran ojo para descubrir nuevos valores, señaló.

El cuerpo de Tere Pecanins fue cremado ayer a las dos de la tarde en la misma agencia funeraria.