La Arquidiócesis Primada de México propuso al gobierno que el plan de austeridad por el shock financiero en el país se inicie con el recorte en los altos salarios, prestaciones, aguinaldos y jubilaciones en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y se protejan las áreas de salud, educación, seguridad, de apoyo a la producción en el campo, industria, programas sociales y de infraestructura.

Es tiempo de desarrollar iniciativas que permitan el crecimiento de una sociedad que tiene talento y recursos, pero que está afectada por una secular injusticia y desequilibrio social, con un verdadero compromiso de los políticos para que aporten iniciativas y soluciones auténticas y dejen de lado intereses partidistas y mezquinas aspiraciones al poder y al dinero, asentó en el editorial del semanario Desde la fe.

Asimismo destacó que los integrantes de la nueva legislatura tienen la responsabilidad de aprobar una nueva ley de ingresos realista, pues somos un país mal acostumbrado a los subsidios gracias a la riqueza petrolera, pero es tiempo de volver a la realidad.

Insistió en la reducción de los salarios a los altos funcionarios del gobierno, jueces y legisladores, ya que no es posible que los salarios de los políticos sigan siendo un escándalo y una bofetada frente a la sociedad empobrecida, así como en el presupuesto destinado a los partidos políticos y al Instituto Federal Electoral, porque somos una de las democracias más caras e ineficientes del mundo.

También convocó a los ciudadanos a ejercer mayor control social y político del Poder Legislativo, ya que se ha convertido en el verdadero obstáculo para el desarrollo social de México, y (sus integrantes) se amparan en el fuero para no rendir cuentas a nadie. Agregó que es tiempo de acuerdos y compromisos debido a que los datos más recientes sobre la economía son alarmantes.

La Arquidiócesis de México, en coordinación con la llamada Orden de Malta, convocó a la peregrinación anual de enfermos a la Basílica de Guadalupe, la cual se suspendió en mayo por la presencia del virus de la influenza humana. Dicha orden se comprometió a pagar los gastos de transportación de los peregrinos que se organicen a través de las parroquias, instituciones y movimientos que atienden a enfermos y ancianos.

En la que será la tercera peregrinación que se realiza desde el inicio del actual milenio, se espera la participación de 10 mil enfermos y de sus familiares, quienes recibirán la indulgencia plenaria.