Privados de la libertad, con golpes y amenazas les exigían nombres de vendedores de droga
Elementos castrenses interceptaron en Cuernavaca a los primos Silverio Iván y Jorge Raúl Jaimes
Jueves 20 de agosto de 2009, p. 14
Cuernavaca, Mor., 19 de agosto. Silverio Iván Jaimes Filio, de 22 años, y Jorge Raúl Jaimes Jiménez, de 23, denunciaron ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y Amnistía Internacional (AI) que elementos del Ejército los detuvieron, amenazaron, golpearon y torturaron con el pretexto del combate al narcotráfico, y les exigieron información sobre nombres y domicilios de personas que se dedican a la venta de drogas en esta capital.
Ambos presentaron una denuncia de hechos ante la Procuraduría General de Justicia de Morelos, pero autoridades de esa dependencia les dijeron que no podían hacer nada porque quienes los habían golpeado y retenido ilegalmente eran militares.
De acuerdo con las declaraciones de Silverio y Jorge, el pasado 14 de agosto, alrededor de las 22 horas circulaban en un vehículo por avenida Paseo Cuauhnáhuac, a la altura de la plaza comercial Chedraui, cuando cuatro militares vestidos de civil les marcaron el alto para interrogarlos y después golpearlos.
Como se negaron a responder, los obligaron a bajarse del vehículo. En ese momento –narraron– llegó una patrulla de la Policía Federal y casi enseguida un camión tipo Dina (con el número económico 1002476) con varios soldados abordo que los golpearon y se los llevaron.
Nos quitaron credenciales y carteras, además de los papeles que llevábamos en el carro. En el trayecto nos golpearon; se encarreraban y se dejaban caer con las rodillas en la espalda de mi primo y de la mía. Nos daban patadas en la cabeza y en las costillas y nos decían que si no declarábamos quiénes vendían droga íbamos a aprender a no meternos con militares, que ahora sí iba a cargarnos la chingada; incluso cortaron cartucho
, relató Jorge Raúl.
Aseguró que los elementos castrenses que los torturaron durante más de tres horas tenían el rostro cubierto con pasamontañas. Con nuestras propias playeras nos cubrieron el rostro y la boca y nos quitaron los zapatos
, agregó.
Por el tiempo que transcurrió, creen que fueron trasladados a la 24 Zona Militar, con sede en esta capital, porque aseguraron haber escuchado a más soldados y más vehículos que entraban y salían.
Alrededor de las 2 de la madrugada del sábado nos subieron a un camión y nos sacaron de ahí
. Señalan que primero les advirtieron que los iban a ir a tirar a una barranca; finalmente los dejaron en la carretera federal Cuernavaca–México (en el punto conocido como Montecasino), no sin antes golpearlos y advertirles que se callaran.