El PAN en la Cámara de Diputados despidió a toda su plantilla laboral y, con el apoyo de personal de la Junta de Conciliación y Arbitraje, les hizo firmar nuevos contratos mediante la figura de tiempo indeterminado, lo cual los deja en indefensión laboral al inicio de la siguiente legislatura cuando, por la reducción del número de diputados de ese partido, se requerirán menos empleados.

El despido masivo afecta a personal con antigüedad de hasta 20 años, y a punto de la jubilación, y en cambio benefició al personal de altos ingresos, contratados como asesores de los diputados y de la Fundación Rafael Preciado, que tienen elevadas percepciones.

El anuncio del despido fue hecho por Héctor Larios en el auditorio E de la Cámara, al mediodía del lunes, adonde se convocó con engaños a todos los trabajadores, pues se les informó que la reunión era para tomarse la foto con el coordinador.

En el auditorio, Larios –acompañado del vicecoordinador, Adrián Fernández, y el encargado de finanzas, Julio Reyna– informó a los trabajadores que la bancada había analizado diversas alternativas para el manejo de su plantilla laboral, y que la más viable, por menos onerosa, resultó la del despido y recontratación.

El legislador panista ofreció la recontratación de todo el personal, con las mismas prestaciones, e inclusive dijo que los trabajadores contarían con la asesoría de la Junta de Conciliación, y expuso que la liquidación iniciaría ayer.

Sin embargo, apenas regresaron a sus respectivas oficinas, los empleados recibieron el aviso de que debían pasar a las oficinas que la diputación tiene en el basamento del edificio A, donde ya funcionarios de la junta les entregaban un documento para firmar su liquidación.