Lago de Guadalupe, Edomex, 25 de agosto. Ante la crisis económica y el aumento de la pobreza en México, la Iglesia católica consideró que las acciones sociales del gobierno deben ser más contundentes, es decir, directas y concretas, sobre todo hacia los más necesitados, y alertó sobre el riesgo de un eventual estallido social, lo cual consideró ocurre cuando el pueblo llega a desesperarse y se conjuntan los efectos de los problemas económicos y el alza de la criminalidad.

En el contexto del Encuentro Nacional de Pastoral Social 2009, cuyo tema es La pobreza en México, monseñor Gustavo Rodríguez, obispo de Nuevo Laredo y presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS) de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), indicó que en todo el país la pobreza es evidente y llamó a no sólo poner énfasis en asegurar la macroeconomía, sino en centrar la estrategia en las personas.

En conferencia de prensa, el padre Armando Flores Navarro, secretario ejecutivo de la CEPS, hizo hincapié en que las estrategias exitosas en el ámbito social son aquellas que se llevan a cabo no para los pobres, sino con los pobres, con lo cual se les despoja de su visión asistencialista.

También recordó que hace algunos años la CEM confió a la CEPS la promoción de una campaña sobre economía solidaria, en la cual las personas aprenden el manejo del ahorro, el consumo y el trabajo, y apuntó que justamente este es uno de los temas que analizarán los participantes en el actual encuentro.

Insistió en que en este contexto lo evidente es que ante una crisis global la acción local es la respuesta, en la que los pobres deben ser los sujetos.

Rodríguez también hizo hincapié en que el clima de violencia es consecuencia de la crisis económica, pues algunas personas buscan obtener dinero fácil.

El riesgo de que ocurra un estallido social siempre está latente cuando el pueblo llega a desesperarse de su situación y esto, de alguna manera, ya repercute en el ambiente de la criminalidad y la violencia. ¿Cuántos serán aquellos que han llegado en su desesperación a la búsqueda de dinero fácil? Es impredecible un estallido social, ojalá que eso no vuelva a suceder más en México. Deseamos que no haya luchas fratricidas, pero ya estamos viviendo un ambiente violento y no se puede separar la crisis económica de la ola de criminalidad y violencia. Están íntimamente relacionadas, manifestó.

Junto con monseñor Luis Artemio Flores, obispo de Valle de Chalco y responsable de la Dimensión de Pastoral Social-Cáritas; de Pedro Ricardo Barreto Jimeno, arzobispo de Huancayo, Perú, y el padre Sergio Bernal Restrepo, de Colombia, Rodríguez también se manifestó respecto de si la reducción de sueldos de funcionarios federales ayuda en épocas de crisis, y apuntó que si bien esto no da solución a la problemática, sí es un signo solidario que cae bien.

En torno al recorte presupuestal a educación, sobre todo a las universidades, el prelado expresó que si hay algo que proteger y en qué se debe invertir es en la instrucción, y señaló que más que quitar dinero a este rubro lo que se debe hacer es una redistribución. Advirtió que la falta de educación y valores deshumaniza y lleva a situaciones de vida peores de las que ya vivimos.