egún una versión periodística, que ha sido reproducida en sitios de Internet, a principios de marzo pasado la Secretaría de Energía resolvió que el área petrolera de Chicontepec, en la que más se ha gastado pero cuya producción de 2008 fue uno por ciento de la nacional, no era costeable. Esta afirmación había sido hecha por muchas voces.
Sin embargo, no parece que esto se vaya a conocer públicamente. Poco después de los días a los que se refiere esta versión, el considerado jefe de gobierno celebró, en pleno 18 de marzo –aniversario de la expropiación petrolera–, en el propio Chicontepec, elogiando las posibilidades de la también llamada aceite terciario del Golfo.
Lo que la misma versión dice es que la administración de la paraestatal se abocará a concluir los contratos pendientes en el menor tiempo y costo posible
. Por lo pronto, lo que sí es un hecho es que el llamado Chicontepec V, un tercer concurso de este año que se estaba llevando a cabo y que en realidad era el sexto de la serie, se declaró desierto el 11 de mayo, avisando que habría una nueva convocatoria. Es claro que esta última, ya pasados cuatro meses, no se dio. Tal vez para no dejar colgada a la clientela, se han estado llevando a cabo concursos en la cuenca gasera de Burgos, donde se firmaron los primeros y anticonstitucionales contratos de servicios múltiples.
Luego, el 22 de junio se publicó que debido a la devaluación del peso, y con el presupuesto de Pemex en pesos pero una parte importante de sus gastos en dólares, era necesario reducir estos últimos, cuyo principal reflejo será que se dejen de perforar 396 pozos de desarrollo en Chicontepec. Otro hecho.
Otra publicación: información de la Dirección Corporativa de Finanzas de Pemex enviada a la Bolsa Mexicana de Valores, declara que la paraestatal buscará amarrar compromisos financieros con empresas contratistas y proveedoras por más de un billón 700 mil millones de pesos para proyectos petroleros que se localizan en cuencas productoras conocidas. Aquí lo que se sugiere es que pasarían a segundo plano las llamadas aguas profundas
. Aunque el titular de esta dependencia fue renunciado antes que el director general.
Si bien no es posible desmentir ni confirmar un acuerdo de cancelación gradual de Chicontepec, en los hechos esto está ocurriendo. Habrá que estar atentos a lo que siga.
A reserva de que se vaya confirmando esta singular variante de los rumores escritos, todo esto es punto de apoyo para la forma de diseñar y, en su caso, aprobar el presupuesto para Pemex. Ya hablamos de esto en el artículo de hace dos domingos, el 30 de agosto. La nueva Cámara de Diputados tiene en sus manos la posibilidad de hacer reales estas versiones, estos supuestos acuerdos secretos e informes públicos de funcionarios federales.
Debemos insistir en algunos puntos del presupuesto. Primero, que no sea cambiable ni maniobrable por los tecnócratas. En estos días nos recuerdan de lo que son capaces, y a pesar de que la Cámara de Diputados aprobó el presupuesto para la construcción de la línea 12 del Metro en el Distrito Federal, Hacienda le recortó 430 millones de pesos.
En el proyecto de presupuesto enviado a la Cámara de Diputados, el gobierno federal estima que, en el mismo Chicontepec, en el año en curso se gastarán, en toda la infraestructura económica, 57 mil millones de pesos, presupuesto obviamente ya recortado. Para 2010 se solicitan 21 mil millones de pesos, menos de la mitad, lo cual evidentemente implica que sigue declinando la inversión en ese lugar. Pero en otros lugares importantes hay reducciones aun mayores.
En Cantarell, de un presupuesto estimado de 316 mil millones de pesos en 2009, bajaría a 47 mil millones. Y de un total de programas y proyectos de inversión de 1,191 miles de millones, baja, para 2010, a 200 mil millones de pesos. Casi se reduce a la sexta parte del presupuesto del año en curso para ese concepto. Y así por el estilo.
Entonces, el peso relativo de Chicontepec, que cayó a poco menos de la mitad, frente a los demás proyectos, que se plantea que en 2010 bajen a una sexta parte, pues aumenta su peso. Es preciso quitar a esa área por lo menos la mitad de lo que le quieren asignar en beneficio de las mejores zonas y, además, aumentar el presupuesto de inversión de Pemex, a costa de la enorme nómina de funcionarios y de la alta burocracia.
Además del problema de que no siga el derroche en Chicontepec, tenemos otro, tal vez mayor, de falta de inversiones en los campos petroleros de Pemex en general y en las otras áreas.