El relator especial de la ONU sugirió en todo caso un impuesto a los productos chatarra
Podría pedir al gobierno mexicano explicaciones sobre el cultivo de maíz transgénico
Jueves 17 de septiembre de 2009, p. 40
El relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter, sostuvo que aplicar impuestos a alimentos no le parece una solución para combatir la crisis económica. Sugirió que sería más conveniente gravar productos chatarra, como refrescos, los que al ser más baratos que los alimentos saludables se consumen más, lo cual genera un grave problema de desnutrición tanto en países industrializados como en desarrollo.
En conferencia aclaró ayer que desconoce la propuesta del Ejecutivo federal mexicano de crear un nuevo impuesto de 2 por ciento al consumo, por lo que no quiso hacer ninguna declaración al respecto. Alertó sobre las consecuencias en la salud del consumo de comida chatarra, que posee elevados contenidos de grasas, azúcares y carbohidratos, y bajos niveles de nutrientes y vitaminas. Comentó que se debería discutir la posible aplicación de impuestos a la comida chatarra, en vez de a alimentos saludables.
Agregó que en el mundo existen 2.4 mil millones de personas con desnutrición, lo cual es, a su vez, caldo de cultivo de infecciones y enfermedades. Informó que 35 por ciento de los niños que mueren cada año en el mundo –equivalente a alrededor de 6.5 millones– fallecen por desnutrición o causas relacionadas con ella. No obstante, hoy muchas personas consumen productos chatarra porque, pese a no ser ricos en nutrientes, son energéticos y más baratos que los saludables.
Comentó que durante el siglo XX se consideró que para acabar con el hambre en el mundo había que incrementar la producción de alimentos; sin embargo, es un diagnóstico equivocado. El problema real no es la baja producción y la falta de alimentos, sino la inequidad entre ricos y pobres
.
El martes pasado, al participar en el foro Sobre el Derecho a la Alimentación, convocado por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y la campaña Sin maíz no hay país, el representante de la ONU aseguró que legislar en favor del derecho a la alimentación es un paso más dentro de la estrategia para afrontar el desafío de alimentar a las poblaciones.
En esa táctica se debe identificar la población vulnerable y monitorear las políticas que necesitan los campesinos y habitantes pobres de las zonas urbanas, ya que el problema del hambre es político, no técnico.
Durante años, los países han invertido en una agricultura de exportación, lo que ha provocado la desaparición de granjas familiares y la salida de los pequeños agricultores del campo para unirse a las ciudades, además de una concentración de los alimentos en los coyotes y comercializadores.
Hay que terminar con la discriminación, enfocar los esfuerzos en los programas sociales, eliminar los obstáculos políticos que frenan el derecho a la alimentación y tener una mejor coordinación de las instituciones del gobierno para que la gente acceda a los alimentos, precisó.
Destacó que debe garantizarse la permanencia del maíz tradicional, vital para la biodiversidad, y el derecho de los campesinos a intercambiar sus semillas.
Luego de escuchar la preocupación por el cultivo de maíz transgénico en México a través de la exposición de científicos y representantes de organizaciones y comunidades, el relator sostuvo que si se logran documentar los casos del lago de Texcoco y la Ley de Bioseguridad, podría pedir explicaciones al gobierno mexicano.
El primer caso lo presentó Martha Pérez, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, quien detalló la lucha que dieron en el sexenio pasado habitantes de Texcoco contra el cambio de sede del aeropuerto, que se habría asentado en tierras de cultivo, y dijo que actualmente la Comisión Nacional del Agua ha comenzado a adquirir terrenos en esa área.
El otro expediente sería el de la Ley de Bioseguridad, el cual fue mencionado en diferentes intervenciones, específicamente por la inquietud de la presencia de maíz transgénico en México. Mercedes García sintetizó la importancia que el grano tiene para muchos mexicanos: “cuando una familia tiene maíz hay alegría. Decimos: ‘este año tenemos para vivir’”.
Shutter escuchó primero los planteamientos de los asistentes, convocados por Vía Campesina y por la Red en Defensa del Maíz, y después concluyó que es preocupante la dependencia que puede dejar el uso de semillas, que son propiedad intelectual de algunas empresas. He trabajado el tema y será parte del reporte que presentaré en octubre en la sede de Naciones Unidas en Nueva York
, anunció.