El (verdadero) desfile militar
Camino libre a ChaCha
PGR vs madres en Ciudad Juárez
Presupuesto y educación
Copela o cuello
Los ires y venires de la corrupción
Celebrando el porfiriato
Mil millones de hambrientos, pero lo peor ya pasó, dicen
Informe sin preguntas
La crisis como bandera
El último suspiro del Conquistador/ II
Big Band Jazz, Derbez y nuevos foros
espués de tres años y un mes de injusto encarcelamiento, la indígena otomí Jacinta Francisco Marcial fue liberada la madrugada de ayer, luego de que la Procuraduría General de la República (PGR) anunció, a principios de este mes, que presentaría conclusiones no acusatorias
en su contra. Para poner el hecho en contexto, cabe recordar que Francisco Marcial y otras dos indígenas otomíes, Alberta Alcántara y Teresa González, fueron detenidas y encarceladas en agosto de 2006, y posteriormente sentenciadas a 21 años de prisión, como consecuencia de una acusación absurda e inverosímil: haber secuestrado a seis elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI) en el contexto de una protesta en el pueblo de Santiago Mexquititlán, al sur de Querétaro.
Carta al Presidente
icenciado Felipe Calderón Hinojosa, presidente constitucional de la República Mexicana:
ace 25 años fui invitado por Carlos Payán a unirme en el esfuerzo de fundar otro periódico, pues para muchos unomásuno ya no cumplía con su propósito original. No dudé en hacerlo aunque yo no había tenido dificultad alguna con Manuel Becerra Acosta, director de aquel memorable diario. Y no dudé en incorporarme al nuevo proyecto porque yo entré en el anterior gracias a Carlos.
l inicio de 2005 Paloma, mi eterna compañera, y yo, nos reunimos con el presidente municipal de Nezahualcóyotl, Luis Sánchez, para conversar sobre la posibilidad de iniciar un programa de promoción de la lectura entre los policías. Dándole vueltas al asunto, surgieron las ideas básicas de Literatura Siempre Alerta, que habría de precisar y poner en marcha muy pronto el escritor Juan Hernández Luna.
os discursos de los secretarios de Hacienda (de éste, al menos) son temibles, sobre todo en tiempos de crisis como los actuales. Siempre se las arreglan para fomentar la sensación de que lo peor está por venir
. En vez de dar seguridad, confianza en que si se hace un esfuerzo equilibrado y sobre todo justo saldremos adelante, prefieren el golpe seco de las malas noticias para concluir con una ronda retórica de saludos a la bandera y las consabidas promesas de que habrá, si Dios lo quiere, un futuro brillante al cabo de la tormenta. ¡Que distintos sonaban esas proclamas en épocas de bonanza petrolera cuando los jefes de las finanzas públicas distribuían el pastel como si éste fuera eterno y sin guardar para los tiempos duros algunos ahorros! Junto con las grandes reservas del subsuelo, gracias a la ineficiencia y el despilfarro irresponsable, los ingresos declinaron bajo la chata consigna de gastar mucho con vistas a conservar y reproducir sin cambios mayores el poder en la república feudalizada, aunque se profundizaran los abismos sociales entre los mexicanos. No hubo planes a largo plazo. Tampoco se realizaron las inversiones requeridas, aunque algunos vivos se fortalecieron durante la danza sexenal de la oligarquía. El crecimiento, esa utopía de las nuevas generaciones, se quedó en eso, mientras la desigualdad hizo lo suyo, cercenando esperanzas y posibilidades de progreso. A querer o no, los boquetes en salud, las deficiencias educativas, la corrupción, la inseguridad, nos hacen un país más frágil y, por ello, menos soberano. Visto en perspectiva, la ilusión de la modernidad ha sido de algún modo un mal sueño: en vez de concretarse en una idea capaz de organizar el presente para ganar el futuro se impuso la imitación servil, la calca ciega de las recetas importadas y en un lugar de impulsar una visión de Estado se favoreció el egoísmo particular de los intereses privados.
n medio de inacabables debates a propósito de la democracia y de las incontables virtudes del ciudadano, y, por vía de consecuencia, de la ciudadanización de la vida pública, se yergue entre nosotros la más orgullosa de las ausencias de civismo que pueda pensarse. Hay en ello una enorme contradicción que nos negamos a admitir, cegados como estamos por la disputa política, y sin embargo, no hay democracia sin civismo. Esta observación parecerá a muchos incomprensible. Después de todo ya ni en los libros de texto aparece un concepto que huele a viejo
, como dirían los luchadores por la democracia de principios del siglo XXI, que se empeñan en definirla sólo en términos de protesta y de reclamo. Han perdido de vista que el civismo tiene que ver con la vida democrática en la ciudad, que debe entonces ser un espacio libre en el que todos tengamos los mismos derechos de caminar, de pasear, de transportarnos, de habitar, etcétera. En su origen latino la civitas es el lugar donde viven los ciudadanos con derechos plenos. Según el Diccionario de la Real Academia, civismo tiene dos significados: celo por las instituciones e intereses de la patria
, y celo y generosidad al servicio de los demás ciudadanos
.
os restos de Juan Almeida Bosque descansan ya en la Sierra Maestra justo en un lugar del territorio que ocupara el Tercer Frente Mario Muñoz Monroy, del que fuera jefe durante la guerra de liberación. Uno de los más heroicos y admirados adalides de la revolución cubana, el pueblo de Cuba se volcó en todos los rincones de la isla a tributarle el último adiós arropándolo con su cariño más entrañable. Almeida es, junto al Che Guevara, Camilo Cienfuegos y Raúl Castro, uno de los integrantes cimeros de la generación de comandantes revolucionarios que hizo sus primeras armas y se formó conducida por Fidel Castro. A la lucha insurreccional encabezada por éste se sumó desde que se conocieron el 10 de marzo de 1952, día del golpe de Estado de Batista, que barrió el régimen constitucional en Cuba.
ace un año Lehman Brothers, uno de los bancos de inversión más grandes del mundo, quebró. Con su caída se generó una situación de pánico, como las descritas en los textos clásicos sobre corridas financieras. La decisión de la Reserva Federal (Fed) de permitir que un banco de esa importancia quebrara ha sido muy discutida. Unas semanas antes la Fed había forzado la compra de Bear Stearns por parte de J.P. Morgan, en la que los accionistas prácticamente perdieron su inversión, pero evitaron que la caída de esta empresa afectara al sistema financiero. El riesgo moral se concretó, evitándose el sistémico.
n el centenario del natalicio de Eugène Ionesco, Enrique Singer con apoyo del Centro Cultural Helénico y la Fundación BBVA Bancomer eligió del autor rumano francés La lección, una de sus primeras obras, en que utiliza el lenguaje para subvertir a la realidad. Si con el estreno de La cantante calva llenó de pasmo al público francés (y al mexicano, cuando se presentó entre nosotros) con esta nueva obra que Alexandro Jodorowsky estrenó en nuestros escenarios en 1960, más de un crítico de la época enfureció de verdad ante lo que entendía como una tomadura de pelo. Hubo de pasar bastante tiempo para que se tomara en serio a Ionesco y a los otros autores del llamado teatro del absurdo y así se entendió que el manejo del idioma francés y sus posibilidades era una piedra angular de la obra de quien ocuparía una silla en la Academia Francesa. Estudiosos como Geneviève Serrau establecieron que si en La cantante calva el uso de giros y tópicos del idioma era una manera de chasquear la realidad, en el nuevo drama cómico
el abuso de incoherencias verbales por parte del profesor ocultaba un siniestro deseo criminal. El autor declaró su intención de equilibrar lo burlesco y lo trágico.
na de las grandes lecciones de Andy Warhol fue mostrarnos que lo efímero, como la vida, permanece. Sólo así puedo explicarme que sus obras congreguen multitudes y hayan asombrado a los jóvenes de los años 60, de los 90 y aún a quienes desde hace unos días acuden con curiosidad sostenida al Museo de Arte del Banco de la República de Bogotá a mirar la exposición Andy Warhol Mr. América.