Debido a que con facilidad los niños y jóvenes se pueden involucrar en actividades delictivas, el Consejo Mexicano de Sicoanálisis y Sicoterapia recomendó a los padres estar alertas a las llamadas de auxilio que los menores emiten a través del cuerpo.

La caída del pelo, orinarse en la cama o comerse las uñas y, sobre todo, la baja en el rendimiento escolar son algunos indicios de problemas, que si no son atendidos pueden derivar en conductas delictivas, advirtió el consejo.

“Son llamadas de auxilio, de ‘algo me está pasando y no sé expresarlo en palabras’. Al tratarse de conductas anormales, éstas deben ser atendidas en la escuela y en casa, porque también pueden derivar en bullying (agresión física o sicológica)”, aseguró la presidenta del organismo, que agrupa 10 asociaciones especializadas, Miriam Cervantes.

Para evitar conductas agresivas, recomendó prohibir a niños y adolescentes ver programas con temáticas de violencia y restringirles las telenovelas, debido a que mandan muchos mensajes de agresión que los jóvenes pueden adoptar como falso modelo natural de conducta. Además se deben mantener las computadoras y los televisores fuera de la habitación de los menores.

El consejo realizó un trabajo de campo durante dos años, en una muestra de 120 jóvenes de los consejos de menores (infractores) del Distrito Federal, donde identificó que los internos presentan gran dualidad discursiva, ya que prefieren permanecer encerrados o ponderan la ganancia de dinero fácil, sin tener que trabajar.

Según el estudio, los menores infractores presentan tendencia al pensamiento mágico, debido a que creen que si fueron capturados al cometer un acto delictivo fue porque no pensaron positivo o no se encomendaron a Dios antes de perpetrarlo.

Todos esos jóvenes además tienen gran necesidad de pertenecer a un grupo, la banda, que consideran les da identidad y valía. Muestran también enorme vulnerabilidad ante los abusos y maltratos vividos y gran necesidad de que la sociedad les brinde otra oportunidad, manifestó la especialista.

Integrantes del consejo y de la organización Avanzada Ciudadana destacaron que del estudio se puede concluir que existe como base en los menores infractores una profunda autodevaluación sobre la historia familiar, debido a que están acostumbrados a no ser tomados en cuenta ni considerados valiosos, sino únicamente a sentir que se tienen que proteger solos y cometer delitos, porque creen que eso les da identidad.