Bagdad, 11 de octubre.Tres bombas explotaron hoy contra la sede del gobierno de la occidental provincia de Al Anbar y contra un hospital, que dejaron un saldo de 22 personas muertas y más de 80 lesionadas y obligó a las autoridades de Irak a imponer toque de queda indefinido en la capital provincial, Ramadi.

Los dos primeros atentados, con carros bomba, se produjeron cerca del edificio del gobierno mientras se realizaba una reunión de funcionarios, en el marco de una conferencia sobre reconciliación nacional. Ninguno de los participantes, sin embargo, resultó herido.

El tercero, calificado por el gobierno local como un crimen contra civiles, fue obra de un suicida que detonó los explosivos que llevaba consigo cerca de la entrada del hospital a donde eran trasladadas las víctimas de los dos anteriores atentados.

Fuentes médicas dijeron que es probable que se eleve la cifra de muertos debido al estado crítico de los heridos que causó esta última explosión, que además dejó muchos autos incendiados o dañados.

Por otro lado, una operación conjunta de militares iraquíes y estadunidenses permitió el arresto de dos hombres que intentaban colocar una bomba en el barrio Al-Amal Al-Shaabi de la norteña ciudad de Kirkuk.