l 6 de noviembre de 1997 tuvo lugar en Madrid un coloquio entre el escritor alemán Günter Grass y el español Juan Goytisolo. Ambos autores conversaron largamente sobre temas tan importantes, como el futuro de Europa después de la caída del Muro de Berlín, el neoliberalismo económico y el papel de los intelectuales en la sociedad.

Por supuesto, también hablaron de literatura. Sus reflexiones fueron publicadas en un opúsculo que lleva por título Diálogo sobre la desmemoria, los tabúes y el olvido (Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores, Barcelona, 1999).

De esta obra extraigo algunas citas que parecen expresamente escritas para el México de hoy.

Günter Grass dice: ¿Qué sentido puede tener la literatura cuando el futuro es una catástrofe programada, profetizada por espeluznantes estadísticas? ¿Qué queda por narrar cuando vemos que cada día se confirma y se pone a prueba, mediante los pertinentes ensayos, la capacidad de la especie humana para destruirse a sí misma y al resto de seres vivos de las maneras más diversas?

Juan Goytisolo agrega: La humanidad está viviendo un vertiginoso retroceso. Me explico: El desmantelamiento sistemático del estado de bienestar, la atomización de la clase obrera, que se manifiesta también en la pérdida de influencia de los sindicatos, en el abandono del republicanismo entendido como freno a la arbitrariedad y al abuso de la fuerza a favor de un liberalismo globalizador que nos arrolla con una serie de fórmulas harto conocidas como la desregulación, la flexibilidad laboral y la deslocalización (...) En realidad, estos circunloquios nos están diciendo que para defender la economía nacional hay que echar a la calle a la clase obrera.

Günter Grass señala: Hoy vivimos inmersos en un capitalismo autodestructivo en el que las personas más perjudicadas son las clases trabajadoras, las que dependen del empleo para vivir y a las que están marginando de la sociedad.

Juan Goytisolo concluye: Ahora nos encontramos ante una situación de indefensión de los sectores más amplios de la sociedad (...) Los valores democráticos han sufrido en los últimos años una verdadera sangría de sentido (...) Nos encontramos con un retorno al peor capitalismo del siglo XIX, al capitalismo salvaje que denunció Marx.

El escritor alemán ha acuñado la expresión los nuevos antisociales para referirse a los empresarios depredadores que no quieren pagar impuestos, a los banqueros convertidos en fundamentalistas del expolio, a los medios de información que quieren descerebrarnos y a los políticos neoporfiristas que son más pesadilla que esperanza para los pobres de México. En esta lista habría que incluir también a los líderes sindicales corruptos que han traicionado a sus bases trabajadoras.

Günter Grass es categórico cuando afirma: Por muy trillados y devaluados que estén los viejos ideales de la Ilustración europea que hablan de solidaridad y fraternidad, hay que recuperarlos pues debemos ser conscientes de que en las condiciones actuales no se puede seguir adelante.

Frente a la involución política, económica y social que estamos viviendo, expresemos compasión por las víctimas que está produciendo el ultraliberalismo que nos gobierna en medio de una opacidad informativa, como siempre, muy bien orquestada.

Para construir una sociedad de rostro más humano no tenemos más remedio que resistir, resistir y resistir.

Creo en la necesidad de seguir formulando una estética de la resistencia, resistencia a las barbaridades de nuestra cultura, los apocalípticos juegos de destrucción de nuestros líderes, y el conformismo de nuestras imaginaciones y nuestras vidas, nos enseñó Susan Sontag.