éxico ocupa ahora la atención del público parisino y sus incontables visitantes. Esta vez no por causa de la influencia AHLNL (la maestra dixit), asunto tan torpemente manejado por las autoridades. Tampoco por la inseguridad y la violencia reinantes, ni por el mal manejo de la economía nacional y su efecto más preocupante: la agudización de la pobreza.

Al éxito que registra la magna muestra Teotihuacan, cité des Dieux en el museo de Quai Branly, dedicado a las artes primeras (y de la cual se ocupan extensamente los medios impresos y electrónicos), se agregan otros tres espectáculos igualmente comentados en las páginas culturales.

En primer término, la recreación teatral de Bajo el volcán, el texto cumbre de Malcolm Lowry. Una obra de culto, una Divina comedia ebria en un país carcomido por la corrupción y la explosión fascista. Como hoy. La adaptación y puesta en escena de Guy Cassiers muestra el universo complejo de ese mundo interior del personaje alucinado, enfermo y alcoholizado del señor Firmin, el ya mítico cónsul en la novela. Como es costumbre en Cassiers, integra el video como elemento teatral. Una obra grandiosa y poética, afirma la crítica.

Luego, la adaptación teatral de La rosa blanca, la novela de B. Traven, muerto en México en 1969, y que muestra los contrastes: la vida de un pequeño pueblo fundado sobre la cultura del maíz, donde el dinero no determina la conducta de la gente. Del otro, el apetito insaciable de una compañía estadunidense, la Condor Oil, empeñada en adquirir las tierras del pueblo, recurriendo a los medios más brutales. Un capitalismo sin límites que busca imponer su ley borrando la herencia sagrada de la tierra y sus costumbres. Un encuentro de consecuencias previsibles porque, ayer como hoy, lo que interesa no es la población, sino el petróleo. Adel Hakim, el director de la obra, logra de una manera notable, sin sentimentalismos, condensar la fuerza simbólica del teatro, recurriendo a luces y recursos naifs pero estremecedores del escenógrafo Yves Collet. De nuevo, la radiografía de un mundo pervertido en el que la avaricia, el lucro, sientan sus reales. Un tiempo nublado por un falso progreso en el que se rinde tributo al dios dólar.

Finalmente, el prestigioso teatro de Chatelet ofrece un programa musical  a cargo de Richard Galliano, Yamandu Costa y la orquesta de París, bajo la dirección de Kristjan Jarvi. La nuit des mayas, lleva por nombre en homenaje al compositor Silvestre Revueltas, de quien se incluye la obra que da nombre al programa. Completan el carnet musical Estancia, Cuatro danzas, de Ginastera; Suite para guitarra de siete cuerdas, de Mauricio Carrilho y el concierto para bandoneón de Astor Piazzolla. Localidades agotadas.