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Se presentó anoche en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas

No creo ser un virtuoso del jazz; esa palabra me aterra: Paquito D’Rivera
Enviado
Periódico La Jornada
Lunes 19 de octubre de 2009, p. a12

Guanajuato, 18 de octubre. Nueve premios Grammy son sólo algunas de las distinciones que reconocen la pasión jazzística y la trayectoria del saxofonista y compositor Paquito D’Rivera, quien ofreció la noche de este domingo uno de los más esperados conciertos en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, en el contexto del 37 Festival Internacional Cervantino.

De origen cubano, radicado en Estados Unidos, D’Rivera se presentó acompañado por el trompetista argentino Diego Urcola y la Zinco Big Band, primera gran banda en México, fundada por Eugenio Elías, que desarrolla un repertorio integral basado en la interpretación de obras de compositores como Duke Ellington, Count Basie y Thad Jones, entre otros, así como de compositores contemporáneos, algunos de los cuales son miembros de la agrupación.

D’Rivera, que lo mismo toca el clarinete que el saxofón alto y el soprano, explicó horas antes de su concierto que el programa sería muy variado.

“Composiciones de Benny Goodman, el clarinetista más famoso de todos los tiempos. Dos de sus piezas más emblemáticas Memories y Sing, sing, sing (whit a swing)”. También algo de samba, pues la mitad del corazón de D’Rivera es brasileño.

“Asimismo se seleccionaron un par de danzones, porque venir a México y no tocar danzón, faltaría algo. Una de ellas titulada Recuerdos. Y del danzón al mambo. Igual se integró un par de bossanovas, uno dedicado a Dizzy Gillespie y otro un solo de trombón que hace Diego Urcola.”

No podían faltar piezas del compositor brasileño Antonio Carlos Jobim. Uno de mis compositores favoritos, dijo el músico.

“Por el virtuosismo y conocimiento del maestro Paquito D’Rivera, después de escucharlo, trabajar y aprender de él, nunca se vuelve a ser el mismo. Paquito nos hace conocer el ADN de la música”, comentó Elías.

Frase que se confirmó con un concierto –con una orquesta elegantemente vestida– en el que se combinó el buen humor de Paquito con una gozosa seducción musical que estremeció a los oyentes en la Alhóndiga.

Sin embargo, es el propio músico cubano de 61 años quien de manera modesta dice no creer ser un virtuoso del jazz. Esa palabra me aterra un poco, porque, por decirlo de alguna manera, las armas hay que usarlas cuando hay que usarlas. Hay gente que abusa del virtuosismo, ejemplo de ello es Wynton Marsalis, quien es un virtuoso, pero tiene una forma de tocar un instrumento que todo suena fácil; entonces se convierte en un deporte y la música no es un deporte, expresó D’Rivera.

Como compositor yo no tengo un sistema, un método de trabajo. Lo que me inspira puede ser desde el canto de una cacatúa hasta la música clásica. Hay muchas formas de componer, pero yo no tengo un sistema. Sin embargo, hay un músico estadunidense que dice que un compositor profesional, no porque tenga un día de poca o ninguna inspiración, va a escribir algo malo.

Uno de sus anhelos como músico es grabar un disco con Chic Corea, y como compositor escribir una fantasía dedicada a Cantinflas, utilizando instrumentos mexicanos, cubanos y quizá podría haber algun cantante, alguien que hablara de manera cantinflesca. Es una ilusión que quisiera hacer en México.

Cuando se le cuestiona sobre la posibilidad de tocar en Cuba, Paquito D’Rivera afirmó que “en una de las pocas cosas en las que estoy de acuerdo con el Che Guevara, que el ser apolítico no existe. Yo no tocaría en Cuba, pues yo me niego a pedir un permiso para tocar en mi patria; y lo peor: un permiso para salir”.

Este sábado también la Alhóndiga fue el escenario donde se presentó Willy Chirino, también músico de origen cubano radicado en Miami, quien con su agrupación y su música de salsa y cubana levantó los ánimos de los asistentes al concierto durante poco más de una hora.