Ecatepec, Méx., 18 de octubre. La empresa inmobiliaria Grupo SITMA defraudó en esta localidad a unas 300 personas, que invirtieron en bienes raíces cantidades que van desde 50 mil hasta 2 millones de pesos.

La semana pasada la empresa desmanteló sin previo aviso sus sucursales en los centros comerciales Plaza Aragón y Plaza Coacalco, y se llevó el dinero de cientos de clientes.

En nombre de los afectados, Jesús Sánchez Hernández comentó: Parecía que invertir en una firma que se veía responsable y segura nos traería ganancias. Añadió que hubo quien utilizó sus ahorros de toda la vida en la compra de terrenos en diversas partes del país.

Un grupo de personas hicieron inversiones inmobiliarias por medio de esta empresa. Nos las disfrazaban con un contrato de promesa de compra, señaló Jesús Sánchez, quien invirtió cerca de 300 mil pesos.

Demetrio González, vecino del municipio de Nezahualcóyotl, es otro de los afectados. Señaló que hace dos años invirtió 200 mil pesos con el corporativo, y al principio recibió una ganancia de 40 mil pesos, pero ahora perdió todo.

Desde hace varios días he intentado contactar a alguien de la empresa, pero los teléfonos están suspendidos y todas las sucursales están cerradas. No existe un contrato firmado para esta inversión, acotó.

Los defraudados anunciaron que presentarán una denuncia penal por fraude en contra de Leonardo Tiro Moranchel, presunto dueño de la empresa, quien –aseguran– desapareció. Afirman que los inversionistas no son los únicos perjudicados, sino también personal de la empresa.

Empleados a quienes se adeudan dos quincenas de sueldo aseguraron que el 8 de octubre les ordenaron cerrar las sucursales y desde entonces no han tenido contacto con directivos de Grupo SITMA.

La única información que nos daban es que la empresa no tenía suficiente liquidez, pero los pagos se hacían con retraso. Posteriormente se suspendió cualquier pago. El jueves nos dieron órdenes de cerrar las sucursales porque la Procuraduría General de la República ya había tomado las oficinas centrales, dijo Gabriela Frausto, ex trabajadora de la compañía.