Las altas temperaturas de los océanos ocasionan malnutrición en los salmones, su plato favorito
Detectan contaminación de bifenilos policlorados, estimulante de la glándula tiroides, que controla el apetito, generando el sobreconsumo de productos nocivos, explican expertos
Viernes 23 de octubre de 2009, p. 2
Quebec, 22 de octubre. Al igual que los problemas de mala alimentación de los humanos, las orcas y focas de la costa oeste canadiense sufren de creciente obesidad que pone en peligro su salud, producto del calentamiento global y la contaminación.
Estos grandes animales sufren la malnutrición de los salmones chinooks, su plato favorito, según las conclusiones de investigadores canadienses presentadas en Quebec en el 18 Congreso bienal internacional sobre la biología de los mamíferos marinos.
El régimen alimentario de esta especie de salmón, también llamado salmón real, se ha visto desordenado por el aumento de la temperatura del océano Pacífico, así como por la contaminación química de las aguas, explicó el biólogo Peter Ross, quien dirigió el estudio.
Esto generó una modificación del metabolismo de sus predadores, cuyo apetito se multiplicó con el riesgo de consumir cada vez más productos nefastos.
Al constatar en 2000 que las orcas del estrecho de Georgia, en la costa de Vancouver, estaban seis veces más contaminadas con BPC (bifenilos policlorados, familia de productos químicos muy nocivos y que se degradan difícilmente) de lo normal, el equipo del biólogo Peter Ross decidió investigar.
El origen de este fenómeno es la caída de la tasa de materia grasa en los salmones, “ciertamente debido al clima, ya que está determinado que ese pez tiene menos lípidos cuando afecta El Niño o el océano se calienta”, indicó Ross.
Los salmones representan 92 por ciento de la alimentación de las orcas. Y para paliar esa carencia de grasa, focas y orcas empezaron a consumir entre 1.5 y 2 veces más de esos peces de lo habitual. De esta forma, ingieren mayor concentración de productos químicos.
Esto tiene como consecuencia una modificación del metabolismo de los mamíferos marinos y los hace comer más, ya que una mayor exposición a los BPC estimula la glándula tiroides, que controla el apetito.
Según Ross, los BPC consumidos por los salmones chinooks, que remontan todos los años los ríos de la provincia canadiense de Columbia Británica para reproducirse, provienen tanto de California, en el sur, como de las industrias situadas en las costas asiáticas, en la costa oeste del océano Pacífico.
Luego de recordar que las orcas en la costa de Vancouver ya están clasificadas como especie en peligro, el biólogo canadiense expuso su preocupación, pues el aumento del apetito genera un sobreconsumo de productos nocivos.
Organizado por la Society for Marine Mammalogy, el congreso se desarrolló en la capital de Quebec y reunió a más de mil 500 científicos de todo el mundo.
Aumento de emisiones
Por otro lado, un reporte de la Organización de Naciones Unidas reveló que los países industrializados registraron en 2007 un nuevo aumento en sus emisiones de gases de efecto invernadero por séptimo año consecutivo.
Según el Convenio Marco de la ONU sobre Cambio Climático, las 40 naciones desarrolladas obligadas por ese instrumento incrementaron sus emanaciones en uno por ciento en el periodo 2006-2007.
El nivel alcanzado está cuatro puntos por debajo del registrado en 1990, pero tres por encima de lo producido en promedio entre 2000 y 2007, agregó el reporte.
El Protocolo de Kyoto de 1997 compromete a los Estados a reducir sus emisiones de dióxido de carbono en cinco por ciento respecto de 1990 para el lapso 2008-2012.