Sin reorganización profunda de la educación media y superior, que integre más gasto público y mejor planeación sobre la manera en que se invierten los recursos, difícilmente podrán remontarse los graves rezagos de cobertura y calidad, en un sexenio que apostó por la continuidad de las políticas neoliberales en el sector, advirtieron expertos en el sistema de enseñanza nacional.

En el foro La política educativa en México. Balance de medio término, señalaron que como parte de los retos que deben superarse está el reconocer que en el país sólo 16 por ciento de los jóvenes de 19 a 23 años tienen posibilidad de cursar estudios universitarios, no 26 por ciento, como insisten las autoridades.

Manuel Gil Antón, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana y experto en el análisis de la cobertura universitaria, aseguró que, de acuerdo con datos oficiales, en las instituciones de enseñanza superior se atiende a 26 por ciento de los jóvenes de 19 a 23 años, pero en esa matrícula se incluye a un millón de personas que no cumplen el requisito, pues superan los 23 años; es decir, están en las aulas sólo dos de cada 10 jóvenes en edad de cursar estudios de licenciatura.

Sylvie Didou, especialista en educación superior del Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, destacó que si bien incrementar la cobertura es una demanda central para el sistema universitario, nunca se incluye la variable del egreso como factor decisivo para conocer las trayectorias académicas. Tenemos un sector considerable de jóvenes que no ingresan, y otro del que casi no sabemos nada, y son quienes desertan y simplemente desaparecen del sistema.

En cuanto al financiamiento, Roberto Rodríguez, catedrático del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, enfatizó que la propuesta de ajuste presupuestal de más de 6.2 por ciento en el sector universitario para 2010 genera creciente tensión entre los actores del sector educativo que nos remonta a un escenario muy parecido al que se vivió en la huelga de 1999-2000, donde se debió elegir entre invertir para generar un mejor escenario o correr el riesgo de entrar a uno de crisis.

Especialistas de la UNAM también alertaron que la Reforma Integral a la Educación Media Superior (RIEMS) es una propuesta inacabada y ajena a la realidad cotidiana de la enseñanza en el bachillerato, donde uno de los principales retos es transformar un modelo autoritario que responde a un viejo esquema político centralista y antidemocrático.

Juan Fidel Zorrilla, especialista del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, enfatizó que la transformación de la enseñanza media superior no sólo requiere reducir contenidos curriculares y mejorar la capacitación de docentes y de cuerpos directivos, sino que es prioritario impulsar la reorganización democrática del bachillerato, donde el mejor profesor y directivo no sea aquel que sólo logró garantizar el control autoritario de sus alumnos.