El titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, Genaro García Luna, afirmó que el esquema de operación de la policía municipal ha quedado rebasado ante la permanente evolución de los grupos delictivos instalados en el país, e insistió en su propuesta de sustituir 2 mil 22 corporaciones locales por 32 cuerpos estatales.

Durante la presentación del esquema de una nueva policía, en la segunda Conferencia Nacional de Secretarios de Seguridad Pública, afirmó que de integrarse las corporaciones municipales a las estatales, esto permitiría mejorar la calidad de vida de la población, ya que se combatirían los delitos de mayor frecuencia e impacto, como robo, secuestro, extorsión y homicidio.

En el encuentro, los secretarios de seguridad acordaron combatir los giros negros, porque, dijeron, se han convertido en centro de operaciones del crimen organizado.

Al respecto, en conferencia de prensa, García Luna afirmó: hemos identificado que se cobran derechos de piso o extorsión; también hay referencias de comunicaciones y enlaces.

Consideró que de aplicarse el nuevo modelo de policía se lograría frenar la evolución del crimen en todo el país; mejoraría el perfil de los elementos municipales, quienes contarán con formación académica y capacitación para convertirse en profesionales de la seguridad.

Además, se estandarizarían salarios de acuerdo con la función, dijo, para evitar que el crimen organizado penetre las corporaciones, al aprovechar su menor costo de infiltración, controles, fragmentación y despliegue territorial.

“La mayoría de estos agentes carece de profesionalización y de formación educativa: 70 por ciento tiene menos de 10 años de instrucción académica; su edad promedio supera la media nacional –de 30 años–; más de la mitad tiene más de 35 años y son blanco fácil para la corrupción, ya que 60.9 por ciento de los activos reciben un ingreso máximo de 4 mil pesos al mes.

Según el diagnóstico, las policías municipales carecen de estrategia de combate sistemático y permanente al delito en las etapas más tempranas, lo que permite que la evolución criminal genere cuadros delictivos cada vez más violentos, como el secuestro.