Mediante células madres se pretende prescindir de los trasplantes y tratar las cataratas
El epitelio corneal tiene gran capacidad de renovarse, por lo que podría ser útil para reparar daños en otros tejidos, explicó el investigador Federico Castro-Muñoz Ledo
Martes 10 de noviembre de 2009, p. 2
Entender el encendido de las funciones específicas del epitelio corneal, una de las cinco capas que conforman la córnea, podría ser la clave para que en el futuro sea posible reparar tejidos perdidos o dañados a consecuencia de alguna enfermedad, de acuerdo con Federico Castro-Muñoz Ledo, adscrito al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
En esta investigación, desarrollada en el Departamento de Biología Celular, se estudian células madres en la córnea humana para desarrollar terapias regenerativas en el ojo y, de esta manera, prescindir de los trasplantes, además de crear tratamientos contra cataratas o ceguera por diabetes.
El investigador del Cinvestav explicó que el epitelio corneal, una de las cinco capas con las que está conformado el ojo, tiene gran capacidad de regeneración, por lo que se podrían reparar daños provocados en otros tejidos.
Castro-Muñoz Ledo precisó que en esa capa del ojo se encuentran células madres, también llamadas troncales, que permiten al epitelio recuperarse en caso de daño.
Diferenciación celular, la clave
Las células tienen diferentes funciones, dijo, lo cual es una consecuencia de los procesos de diferenciación celular. Esto determina que cada célula exprese una función para la cual está programada, por lo que una célula diferenciada puede funcionar como músculo o como parte del hueso.
Sobre este aspecto, el investigador comentó que si se destruye el limbo o se compromete su funcionalidad, la conjuntiva (membrana que tapiza los párpados) participa en la reparación de la superficie ocular, lo cual conlleva a una alteración de la córnea que puede culminar con la pérdida de su transparencia.
El investigador indicó que ello es un ejemplo de que bajo ciertas condiciones las células encienden un programa de diferenciación específico para convertirse en un tejido especializado.
En el caso de los epitelios, éstos también tienen múltiples funciones; por ejemplo, el intestinal transporta nutrientes hacia el resto del cuerpo y participa en los mecanismos de absorción de agua.
Por otra parte, en la epidermis el epitelio funciona como barrera que evita infecciones, además de que es la primera zona de defensa de nuestro cuerpo y evita la pérdida de líquidos.
Para Castro-Muñoz Ledo, si se logra comprender cómo se encienden los diferentes programas de diferenciación disponibles para una célula troncal, entonces se podrá inducir en el laboratorio la aparición de tejidos específicos, y en un futuro, desarrollar terapias o maneras de modificar esos procesos.
Así, las células troncales podrían utilizarse en terapia génica o en ingeniería de tejidos.