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El físico ruso, quien tenía 93 años, obtuvo el Premio Nobel en 2003

Murió Vitaly Ginzburg, uno de los padres de la bomba atómica soviética

Desarrolló la teoría de los superconductores con otros dos científicos

 
Periódico La Jornada
Martes 10 de noviembre de 2009, p. 3

Moscú, 9 de noviembre. Vitaly Ginzburg, físico ruso que sobrevivió a la limpieza étnica de Stalin al trabajar en el proyecto soviético de la bomba atómica soviética, y ganador del premio Nobel de su especialidad, murió el domingo a los 93 años, en Moscú, tras una larga enfermedad.

Ginzburg ganó el premio Nobel de Física en 2003 por desarrollar la teoría detrás de los superconductores, materiales que permiten el paso de la electricidad sin resistencia en temperaturas muy bajas.

El físico compartió el premio con el británico-estadunidense Anthony Leggett y el ruso nacionalizado estadunidense Alexei Abrikosov.

Uno de los obstáculos

Pero la carrera de Ginzburg como científico soviético casi terminó cuando se casó por segunda vez con una mujer que fue arrestada en 1944 y sentenciada a tres años de trabajo por supuestamente participar en un complot contra la vida de Stalin.

Sólo puedo adivinar, en este momento, qué me deparaba el destino en aquella situación, escribió Ginzburg en un artículo autobiográfico para el comité del Premio Nobel. Creo que me hubiera costado caro, pero la bomba de hidrógeno me salvó, apuntó.

Ginzburg escribió que había trabajado con su colega soviético Andrei Sakharov –luego un famoso disidente– en el proyecto de la bomba atómica y señaló que desarrollaron las ideas claves que hicieron posible la creación del dispositivo.

Sin embargo, en 1951 Ginzburg fue despedido del proyecto de la bomba atómica, mientras Stalin lideraba una nueva campaña de antisemitismo que buscaba culpar a los judíos de los problemas de la Unión Soviética y exiliarlos a campos de trabajo.

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Vitaly Ginzburg, en una imagen de octubre de 2003Foto Ap

Fue una suerte enorme que el gran líder no tuvo el tiempo para realizar lo que planeaba y murió, o fue asesinado, el 5 de marzo de 1953, escribió Ginzburg en el artículo.

Desde entonces, señaló el científico, él y su segunda esposa, Nina Yermakova, celebraron el día de la muerte de Stalin como un gran festival.

Ginzburg se mantuvo activo en la vida pública después de la desaparición de la Unión Soviética; firmaba cartas y concedía entrevistas en las que criticaba la indiferencia hacia la ciencia fundamental en la Rusia moderna.

Atacó las crecientes relaciones del Kremlin con la Iglesia ortodoxa e instó a los países de Europa occidental a impedir que el entonces presidente Vladimir Putin regresara a un pasado totalitario.

Ginzburg nació el 4 de octubre de 1916 en Moscú, hijo de una doctora, que falleció de tifoidea en 1920, y un ingeniero. Su primer matrimonio fue con una compañera de curso, Olga Zamsha, en 1937, de quien se divorció nueve años después. Tuvo una hija, quien también se dedicó a la física.

Al resumir una vida larga y rica en experiencias en una entrevista televisiva, Ginzburg dijo con una sonrisa: “Si yo creyera en Dios, comenzaría cada mañana diciendo: ‘Gracias, Señor, por convertirme en un científico teórico”.