Viernes 13 de noviembre de 2009, p. 43
El consumo diario de miel ayuda a prevenir la influenza, aseguró el delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en el Distrito Federal, Carlos José Arroyo Santisteban, al inaugurar la Expo-Venta de miel y productos derivados de la colmena.
El funcionario dijo que entre las bondades sanitarias de este producto está recubrir y proteger órganos, como el estómago o los pulmones, de agentes externos que causan enfermedades como la influenza o la gastritis.
Asimismo, sostuvo que ante el problema de la desnutrición en México, los productos elaborados con amaranto y miel deberían consumirse en mayores cantidades, como está ocurriendo en países como Guatemala.
En Guatemala ya se están empezando a producir tortillas de amaranto, moles y hasta empanizados con harina de amaranto por su valor nutritivo.
En esta exposición, que permanecerá hasta el sábado, participan productores de amaranto y apicultores de la entidad. En una carpa ubicada en el bosque de Nativitas, en la delegación Xochimilco, y a un lado de las oficinas de esta dependencia, se exponen una diversa gama de productos elaborados con amaranto y miel. Estos incluyen alimentos (galletas, dulces o cajeta), cosméticos (crema humectante, protector labial, mascarillas faciales o lociones astringentes), productos de higiene (jabones, gel antibacterial, antiséptico bucal o champú) o para la salud (analgésicos, vitamínicos, desinflamatorios o gotitas para la irritación ocular).
También venden derivados de la miel, como el polen, la jalea real o el veneno de abeja recomendado para dolores musculares.
El representante de la Sagarpa señaló que uno de los principales problemas que padecen los apicultores, y general todo el sector agropecuario en el Distrito Federal, es el crecimiento descontrolado de la mancha urbana que le ha ganado terreno al productor, por lo que urge evitar que se extiendan más los asentamientos irregulares y, con ello, que se extingan las pocas zonas rurales que quedan en la región.
El hecho de que el Distrito Federal ya casi no cuente con territorio destinado para la producción agropecuaria, dijo, hace que los productores deban desarrollar alimentos de mayor calidad destinados al comercio gourmet
como un valor agregado para que permita la sobrevivencia de este sector de la economía.