La Paz, 22 de noviembre. Las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos seguirán en la congeladora si persiste la actitud intervencionista y desestabilizadora de Washington, advirtió este domingo el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera.

El gobierno estadunidense sigue una política debajo de la alfombra, sigue moviendo pisos políticos. Mientras mantengan esa actitud de interferencia, mientras no cambien de actitud, esta sana y soberana distancia es lo mínimo que podemos hacer como país que se respeta, afirmó García Linera en entrevista con el diario local La Prensa.

Las declaraciones del vicepresidente tienen lugar en un momento en el que los vínculos entre ambos países parecían mejorar, luego de que La Paz expulsó en septiembre de 2008 al embajador estadunidense Philip Goldberg, al que acusó de apoyar un complot de la oposición boliviana contra el gobierno de Evo Morales.

Dicha situación empeoró cuando los agentes antinarcóticos de Estados Unidos también fueron invitados a salir del país, un par de meses después.

Mientras (Washington) mantenga la actitud de que aquí tienen que influir y apoyar a unos en contra de otros, y pretenda intrometerse en el ámbito ideológico y cultural, no habrá buenas relaciones, recalcó García Linera.

El momento político no parece favorecer un nuevo acercamiento con Estados Unidos, ya que el próximo martes llegará a Bolivia el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad –considerado por Washington uno de sus rivales en el escenario internacional–, quien firmará con el país andino una serie de acuerdos de cooperación por más de mil millones de dólares.

En este contexto, el mandatario Evo Morales recorrió la oriental provincia de Santa Cruz, de cara a las elecciones presidenciales del 6 de diciembre, en las que aparece como favorito para relegirse, con 52 por ciento de las preferencias electorales.

A bordo de un tractor, Morales visitó sectores marginales de Santa Cruz, capital económica de Bolivia y considerada uno de los bastiones de la oposición de derecha separatista, junto con otras cuatro provincias que a finales de 2008 realizaron una serie de protestas en demanda de mayor autonomía del gobierno central, calificadas por éste de un intento de golpe de Estado.

En los comicios de diciembre, casi cinco millones de bolivianos elegirán en las urnas al presidente y vicepresidente, así como a los 166 miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Además, las regiones de La Paz, Oruro, Cochabamba, Potosí, Chuquisaca y Gran Chaco decidirán sobre su carácter autonómico.