Despreciamos el arte de las culturas pasadas
, considera el artista Guillermo Ceniceros
En lo prehispánico está el aprendizaje que los pintores no hemos querido ver
Exhibe Augurios y premoniciones en el museo José Luis Cuevas
Lunes 30 de noviembre de 2009, p. a13
Augurios y premoniciones, exposición del pintor y muralista Guillermo Ceniceros (El Salto, Pueblo Nuevo, Durango, 1939) abierta en el museo José Luis Cuevas (Academia 13, Centro Histórico), no es una retrospectiva ni ofrece obra del todo reciente. Aunque comprende cuadros terminados en 2009, éstos fueron empezados hace tres o cuatro años, situación relacionada con el método de trabajo de Ceniceros.
Explica: “Pongo los cuadros en mi casa y los veo. Ésa es una etapa muy importante, porque me permite hacer algún cambio, es decir, quitar –también agregar– algo que ya no me gustó después de observarlos dos o tres años, o tres meses.
Nunca es igual de un cuadro a otro. Entonces, la exposición tiene un carácter de elaboración simultánea, colectiva, aunque no todos. Se podría decir que los cuadros son del lustro pasado, pero unos cuantos son de 1992.
La muestra también incluye escultura y gráfica.
Ceniceros se considera un investigador, más que un productor de arte
, palabra que relaciona con alguien que tiene que entregar una cantidad mensual de obra. No es el caso de otros pintores, como yo, que estamos empeñados en investigar los aspectos de la geometría, la historia, la expresión, en fin, todo aquello que concierne al lenguaje plástico
.
Para Ceniceros “a los pintores mexicanos nos falta mucho todavía por aprender. Es decir, tenemos que revisar el pasado prehispánico, porque allí radica mucho del aprendizaje que no hemos querido ver suficientemente, que hemos visto a veces de manera muy tangencial, muy superficial.
Mucho de este arte, en forma de códices, esculturas, arquitectura, de concepto urbanístico, es una lección que jamás ha sido suficientemente aprendida en la actualidad, al contrario, ha sido despreciada.
Aquí, el entrevistado se adentra en el concepto del arte prehispánico
: “Los murales de Teotihuacán, por ejemplo, tienen un concepto, no son realistas ciento por ciento, sino son simbólicos y hacen alarde de síntesis, colorido y dibujo. En fin, ahora los pintores mexicanos en general buscamos algunas otras cuestiones que están relacionadas con el arte de cualquier parte, menos de México.
Todas esas cosas son pasajeras; sin embargo, insisto en que debemos profundizar aún más en la pintura, la escultura, la pintura mural, el grabado, la estampa y la gráfica. Ésta puede ser muy diversa y el pintor debe tener mucho de investigador.
–¿No ha agotado el tema del arte prehispánico?
–Es un tema muy extenso; simplemente en México tenemos 54 etnias y en todas hay arte. Uno: los estudio por curiosidad, por ver cómo lograron tener esa expresión, no para copiar, sino para conocerlos. Y, no deslumbrarse por lo que ahora aparentemente estamos descubriendo. En pintura casi no se descubre nada, más bien cada pintor tiene que aportar su propia posibilidad expresiva, ya basada en la originalidad, en la sencillez o en lo complicado.
–¿Es vigente el muralismo ante la sociedad y las instituciones?
–La pintura mural está vigente, pero hay algunos aspectos que la hacen ya casi caduca. Pero hay una renovación, no generalizada, sino intentos. Hago intentos en mi propio trabajo. La pintura de caballete me sirve como campo de experimentación para llegar al mural. Es el solfear; es el equivalente a ensayar para llegar a espacios grandes, donde lo que uno hace depende mucho de a qué se dedica el espacio.
Mural e historia
“Por lo general son espacios públicos; si es un espacio relacionado con un hospital, una escuela o una institución, pues esos mismos lugares dictan la temática. La pintura mural se lleva bien con la historia, la investigación de la ciencia, con casi todos los lugares donde acude mucho la gente; entonces es un complemento arquitectónico.
“No debe ser una imposición, que se tenga que hacer por fuerza un mural en un lugar dado. Debe ser algo que se acople muy bien con el sitio. El mural moderno tiene que ser ciento por ciento visual, tiene que vencer a la óptica, no le debe ganar nunca la temática a la pintura.
Ésta, que es el lenguaje, tiene que ser la que dicta, no la temática. El de la pintura mural es un tema inacabable; otra vez: la muestra nos la han dado las culturas prehispánicas, comenzando por los pintores de las cavernas.
Ceniceros realiza una exposición paralela y complementaria en la Pinacoteca de Nuevo León, en Monterrey. En la actualidad termina dos murales para el Hospital Juárez, cuya temática se relaciona con la medicina.