Tradicional dependencia
a riqueza arquitectónica del centro histórico de Quito, capital de Ecuador, es inversamente proporcional a su conocimiento y apreciación por el resto de los países latinoamericanos. Divide y debilitarás ha sido la consigna del colonialismo anglosajón en el nuevo
continente.
Agréguese el sometimiento de sus respectivas elites al extranjero y la escasa imaginación de nuestros países para cacarear e intercambiar valores y expresiones que fortalezcan la unidad a partir de la rica diversidad, y se entenderá mejor la creciente dependencia de la región a casi 200 años de independencia
.
En materia de toros las cosas no podían ser diferentes, y si durante el siglo pasado México logró consolidar su tradición tauromáquica y ganadera de bravo, los demás países latinoamericanos cancelaron esa tradición o la redujeron a enclave colonial taurino de España.
Tal es el caso de Perú, Venezuela, Colombia y Ecuador, con un potencial sistemáticamente obstaculizado por sus propias elites, satisfechas de proporcionar en sus ferias anuales dinero, plazas, público, ganado, subalternos y algún matador local, a cambio de la legión de figuras españolas que con profesionalismo emocionan a esos dependientes públicos… hasta el año siguiente, en tanto los toreros de cada país, sin una dinámica taurina que los apoye, ven pasar el tiempo.
En el blog desde el albero… (http://elalbero.blogspot.com/) un estudio sobre la fiesta en Quito revela: “Los espectáculos taurinos son la forma de vida de miles de familias que participan de ellos de manera directa e indirecta… La actividad taurina en la capital genera un movimiento económico de alrededor de 50 millones de dólares… En total 27 mil 286 personas trabajan en más de 3 mil establecimientos relacionados con la industria turística de la provincia de Pichincha...”
“Además de la recaudación de IVA e ICE del SRI, el cabildo recibe, solamente a través del impuesto a los espectáculos públicos, unos 500 mil dólares que le sirven para financiar el resto de actividades que se realizan en esta época… Entre el primero y 6 de diciembre de 2008 llegaron a Quito 19 mil 624 turistas, se sostuvieron 58 mil 878 empleos directos y 98 mil 120 indirectos. La actividad turística mueve entre 12 y 14 millones de dólares durante las fiestas de Quito, donde 210 mil microempresarios reportan un crecimiento de sus actividades y ventas de entre el 30 por ciento y el 60 por ciento”. Y sí, a falta de una fiesta de toros propia, algo les queda.