El procurador agrario, Rocendo González Patiño, comentó que este año se invirtieron mil 700 millones de pesos en el campo mediante el programa Fomento a la Inversión Pública y Privada en la Propiedad Rural (Fipp), en beneficio de 39 mil ejidatarios; el mayor monto se canalizó a proyectos agropecuarios y, subsecuentemente, a los del rubro industrial, minero, turístico, de desarrollo, servicios y equipamiento, ecológico e infraestructura.

Descartó que la crisis inhiba las inversiones en el campo, pues éste representa una gran oportunidad para obtener importantes beneficios. De acuerdo con un diagnóstico realizado por la institución, hay 7 mil 128 ejidos, que ocupan una superficie de 28.8 millones de hectáreas; a la fecha los campesinos de mil 55 ejidos aceptaron ingresar al programa.

En este mecanismo todos ganan, pues el inversionista tiene la seguridad jurídica de mantener su proyecto hasta por 30 años, como lo establece la ley agraria, y los campesinos obtienen beneficios. En Oaxaca, por ejemplo, hay ejidatarios que por rentar sus tierras para el desarrollo de energía eólica tienen un ingreso anual de un millón de pesos; en Veracruz, un grupo de ejidatarios firmó un convenio con una empresa minera de mármol, lo que generará 24 millones de pesos.

El campo sigue como el gran desconocido; una gran parte de la población piensa que el desarrollo de los ejidos y comunidades concluyó en 1992 –con la modificación a la ley agraria–, pero están equivocados, porque son éstos los que dirigirán el desarrollo, expuso.