os Chuchos amarran el futuro a sus conveniencias, dejando impreciso (manejable más delante, conforme a las circunstancias) el camino a las alianzas con PAN y PRI y amagando con otro cochinero descalificador a la hora de elegir candidato presidencial, mientras López Obrador, a la distancia, se manifiesta contra los arreglos con el bipartidismo dominante (que serían estrenados el año próximo, en la gran feria de gubernaturas por subastar), y Marcelo Ebrard se da con Jesús Ortega el medio abrazo de Oaxtepec.

La información disponible a la hora de cerrar la columna mencionaba, en nota de Alma Muñoz y Ciro Pérez, que el tema de las alianzas había sido sacado del debate para poder cerrar el congreso y que Ortega se negaba a decir a los reporteros lo que éstos querían oir respecto de las alianzas. Ni falta que hace la precisión o la letra explícita: en anteriores reuniones, los Chuchos juraron y perjuraron que jamás reconocerían a Calderón como presidente y, pasado un tiempo prudente, fue lo primero que hicieron. Aliarse con la antítesis sería desdibujarse, perderse, y someter a elección universal la postulación de 2012 es reincidir en el esquema dominado por el dinero oscuro y recaer en la ruta sabida del fraude interno escandalosamente destacable por los medios. Pero el congreso de refundición del PRD termina más o menos en paz, sin rupturas, y los ganones se regodean de eso: el show debe continuar.

En la Morelia que cada ocasión teme más por los excesos militares cuando le anuncian visita de Calderón, El hijo desobediente recuerda la muerte de su padre, veinte años atrás. La ceremonia hace converger liderazgos panistas y alta burocracia federal. Es una ironía que el acto pretenda enaltecer al panismo, a su lucha perseverante y desde abajo, cuando no había presupuesto ni cargos para repartir, si se toma en cuenta que Luis Calderón Vega renunció a ese partido en 1981 por considerar que los empresarios iban tomando control de él. De los Bárbaros del Norte a los Acomodados del Bajío; del cronista del PAN, LCV, que dijo adiós a esa organización, al vástago que ha mantenido al PAN en el poder, haiga sido como haiga sido, aunque sea perdiendo al partido, al revés de como pretendían los doctrinarios de esa organización.

Los escándalos en agenda van entrando en el sopor de temporada. El tema de los esclavos de Iztapalapa que elaboraban bolsas para la cadena de tiendas Liverpool (según la información publicada por Ap y The New York Times) se hunde en la indiferencia social y en los enredos de las autoridades capitalinas. Juanito gana tiempo mientras se dan algunas negociaciones y Clara Brugada parece desvanecerse; el propio GDF dice que en Iztapalapa hay gobernabilidad. Entre esa canasta navideña se anuncia que se ha iniciado el proceso de beatificación de quien sería San Carlos Abascal, un político rumbo a los altares. ¡Santo cielo!

Astillas

El doctor Ernesto Lammoglia es una de las contadas voces que en la radio nacional mantienen apertura, crítica, congruencia y valentía. El autor de los presentes teclazos tiene respeto y reconocimiento para el trabajo periodístico del doctor. Pues bien, en su programa del pasado viernes, en Radio Fórmula, refutó lo escrito aquí ese mismo día respecto a la doctora Yoloxóchitl Bustamante, nueva directora (falta la toma de posesión) del Instituto Politécnico Nacional. A este escribidor le parece que en el contexto nacional de expansión de la derecha clerical (los casos del aborto y la CNDH, nomás para dejar un par de botones de muestra), todos los nombramientos que al calderonismo le ha sido posible decidir, o negociar, los ha hecho, naturalmente, en función de objetivos de control social y reformismo modernizador. El IPN ha sido largamente manejado por grupos ligados al poder en turno (Enrique Villa, a Fox y Calderón) porque, finalmente, la estructura para la toma de decisiones no consulta ni atiende a la comunidad y sus intereses, sino a los proyectos políticos del encargado en turno de Los Pinos. Si la doctora Bustamante decidió –no en la etapa estudiantil, en la que los padres o familiares presionan o definen escuelas y tendencias– cursar un diplomado en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas, que es el centro de negocios de la Universidad Panamericana, del Opus Dei, eso es un dato periodístico relevante, que muestra preferencias, encamina relaciones y encaja en el proyecto de una derecha, cree este columnero, que busca en el IPN una continuidad de los esfuerzos que Enrique Villa hizo, pero no pudo instalar plenamente, para promover modificaciones acordes a la lógica del mercado laboral, con la vista puesta en lo que reditúa. Respecto a que la doctora, quien durante 20 años ocupó cargos de alta dirección en importantes empresas de la industria farmacéutica, ha sido acusada por algunos segmentos del Instituto Politécnico Nacional de irregularidades en materia de fármacos, es posible citar una nota de David Santa Cruz Negrete en La Crisis, el 14 de febrero de 2005, respecto a denuncias de profesores sobre un fármaco para combatir dermatitis atópica, pero la acusación no tiene sustancia ni seguimiento. Este tecleador, pues, baja sus banderas ante la contundencia de las palabras del respetado doctor Lammoglia que ha asegurado: Nada tiene que ver la doctora con el Opus Dei, y si a una persona no se le puede acusar en el IPN de haber cometido una sola irregularidad, es a la doctora Bustamante. El doctor Lammoglia conoce mucho mejor que este escribano el entorno y las circunstancias de este caso (cerró su programa enviando un abrazo para la familia de la doctora Bustamante, tan cercana a mi vida y a mi corazón) y no hay para el tecleador palabras más atendibles ni mayor satisfacción que confirmar más delante que lo escrito aquí el pasado viernes hayan sido suspicacias extremas, sin fundamento. Saludos, Ernesto... Y, mientras es visto el buen video de Lámpara de Diógenes sobre mujeres electricistas en huelga de hambre –en http://tinyurl.com/10M-ayuno o en www. astillero.tv–, ¡hasta mañana, con la relección de Evo!

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