Oaxtepec, Mor., 6 de diciembre. Cuando la dirigencia nacional y las principales corrientes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) concluyeron este domingo su 12 congreso refundacional con un ánimo de unidad y convivencia plural, Izquierda Social amagó con interponer ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación un juicio para la protección de los derechos ciudadanos, por considerar que la aplicación de métodos de votación distintos al sufragio universal, libre y secreto para elegir a los órganos y representantes populares perredistas atenta contra la militancia.

No fue suficiente el esfuerzo de los líderes de las principales expresiones para dar una muestra de unidad, que los llevó a retirar del debate en el pleno de la asamblea la discusión del sí o no a las alianzas electorales con el PRI o con el PAN.

Hablan de unidad, pero de las mafias del PRD para violar los derechos de la militancia, acusó Lenia Batres, después de que junto a un grupo de perredistas de Izquierda Social se apostó frente al templete del 12 congreso nacional para exhibir en cartulinas su rechazo a los métodos de elección que, una vez avalados por el Instituto Federal Electoral (IFE), se implementarán en ese partido.

Jesús Ortega, presidente nacional del PRD, insistió en conferencia de prensa en que lo que prevaleció en los cuatro días de este encuentro fue unidad, unidad y unidad, sin hacer referencia alguna a esa protesta, que comenzó cuando el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, daba un mensaje a los delegados.

En conferencia –acompañado por Dolores Padierna, de Izquierda Democrática Nacional, los coordinadores parlamentarios Carlos Navarrete y Alejandro Encinas, el diputado Jesús Zambrano y la secretaria general, Hortencia Aragón–, Ortega fue interrogado insistentemente sobre el tema de las alianzas, que fue de los puntos de mayor debate, pero que para el dirigente no era lo central del congreso.

–¿Alianza con el PRI y con el PAN, sí o no? –se le preguntó.

–No voy a contestarles lo que ustedes quieren escuchar –respondió–; vamos a hacer alianzas principalmente con la sociedad, primordialmente con los partidos de izquierda y amplios bloques opositores donde participen sectores de la sociedad.

Esto lo repitió Ortega hasta en tres ocasiones, eludiendo una respuesta directa.

Quienes esperaban ver sangre, quienes esperaban que el PRD se dividiera, se quedaron con un palmo de narices. Salimos de este congreso unidos, unidos. Los perredistas salimos cohesionados en los temas fundamentales, y por eso vamos a organizarnos mejor en todo el territorio nacional, porque nos estamos preparando para enfrentar las elecciones de 2010 y 2012, insistía para dar por concluida la conferencia.

Además de dar a conocer los resolutivos del congreso, la ceremonia de clausura permitió medir entre sus delegados las actuales simpatías electorales para 2012. A la bienvenida que la mesa de la sesión plenaria y un grupo de congresistas le dieron al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, le siguió el grito de ¡Obrador, Obrador, Obrador!

Poco después, una vez que Ebrard y la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, tomaron su lugar en el templete, un perredista mostró detrás de ellos una hoja tamaño carta con la leyenda Amalia, 2012.

Expresiones que se repitieron cuando Ebrard tomó la palabra para dar un mensaje a los congresistas. La primera cuando se refirió al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la segunda en el momento de advertir que panistas y priístas tratarán de impedir que las fuerzas de la izquierda puedan competir en condiciones equitativas en 2012. En ambos casos se entremezclaron gritos en favor del tabasqueño y del jefe de Gobierno capitalino.

Tanto Jesús Ortega como los líderes de las principales corrientes destacaron que entre los principales avances aprobados por el congreso están la incorporación y reafiliación de militantes; las nuevas reglas para las corrientes, la fiscalización de su financiamiento y la construcción de comités seccionales, con lo que se pretende que dejen de ser grupos de presión dentro del PRD, y la reducción de la burocracia del partido en sus instancias nacionales en 70 por ciento en promedio. Además, en cualquier elección deberá prevalecer la equidad de género, se mantiene la cuota de 20 por ciento para jóvenes y se procurará la incorporación de indígenas.

Respecto del punto que provocó el reclamo de Izquierda Social, se aprobó que además del voto libre, directo y secreto, el consejo nacional tiene la facultad de decidir, previa aprobación de 60 por ciento de sus integrantes, sobre otros procesos electivos.