La disputa por el control del territorio, una de las causas
Viernes 11 de diciembre de 2009, p. 16
La guerra entre cárteles ha partido el Pacífico mexicano. De Sonora hasta Jalisco, las organizaciones de Sinaloa y Beltrán Leyva se disputan palmo a palmo el control de la zona. Desde Michoacán hasta Chiapas, primordialmente los cárteles de Los Zetas en unión con los Beltrán Leyva, luchan con La Familia por la zona de arribo de embarques de cocaína procedentes de Centro y Sudamérica, indicaron funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR), dedicados al análisis de información e inteligencia.
La violencia ha provocado que en entidades como Guerrero, Michoacán y Colima, el número de muertes generadas por el crimen organizado hayan aumentado entre 150 y 200 por ciento comparado con los dos años anteriores.
En Sonora, los hombres de los hermanos Beltrán Leyva sirvieron como operadores para el cártel de Sinaloa hasta el año 2006. Ahora, tratan de controlar zonas en las que antes eran los jefes, como Agua Prieta, Arispe, Caborca, Cajeme, Cananea y Benjamín Hill, explicaron los funcionarios entrevistados.
En esa entidad, el cártel de Sinaloa, dirigido por Joaquín Guzmán Loera, mantiene su operación sin disputa en Guaymas, Huatabampo, Hermosillo, La Magdalena y Navojoa.
Ambas organizaciones representan un punto importante tanto para el trasiego de droga hacia Estados Unidos como para su recepción vía marítima que distribuyen en lanchas rápidas desde las costas de Jalisco, Sinaloa y Colima.
Sonora ha visto incrementarse el número de ejecutados desde 2006, cuando los registros oficiales refieren 64 homicidios; la cifra se duplicó en 2007 y ha ido en aumento, con 143 en 2008.
Sinaloa, Nayarit y Jalisco son los principales centros de operación de los cárteles de Sinaloa y Beltrán Leyva; los líderes de ambas organizaciones son oriundos de esa entidad y han extendido sus zonas de operación hacia las otras dos entidades, buscando controlar el tráfico de precursores químicos que sirven para elaboración de drogas sintéticas y la recepción de cargamentos de cocaína que llegan desde las costas de Belice e inclusive desde Colombia y Panamá.
En Sinaloa la violencia ha duplicado prácticamente el número de homicidios vinculados al crimen organizado de 2006 a la fecha, ya que han pasado de 345 a 680. Jalisco en 2006 registró 45 asesinatos, en el presente año se han reportado 200 casos; Nayarit, una entidad considerada hasta hace tres años como uno de los estados con menor índice de delincuencia, registró un solo homicidio del narcotráfico en 2006, en lo que va de este año ya suman 24; Colima, tuvo dos ejecuciones en 2006, en 2009, van 15, dentro de la disputa entre las organizaciones de Sinaloa y Beltrán Leyva.
En el caso de Michoacán, las fuentes consultadas mencionaron que esa entidad es controlada y disputada por los grupos de Los Zetas y La Familia, que eran hasta 2006 uno solo y trabajaban para el cártel del Golfo; sin embargo, desde que Osiel Cárdenas fue extraditado a Estados Unidos (enero de 2007), se convirtieron en organizaciones independientes y cada uno ha buscado mantener hegemonía en la entidad y de manera particular en zonas como Morelia y Lázaro Cárdenas.
Aunque el cártel de Sinaloa tiene presencia en Guerrero y Chiapas, los cárteles de La Familia, y la sociedad Zetas-Beltrán Leyva ha mantenido la disputa de territorios y han provocado que en esas entidades haya un gran número de ejecutados.
En Guerrero, la cifra pasó de 190 en 2006 a 600 en lo que va de 2009; en Chiapas, se reportaron 14 ejecuciones en 2006 y para este año la cifra se ha duplicado.
Oaxaca está bajo el control de Los Zetas y Beltrán Leyva, luego de que sumaron a sus filas a los integrantes del cártel de los Díaz Parada.