Entre los 41 autores de la investigación, publicada en Science, participaron tres mexicanos
Evidencia geológica prueba que el impacto se asocia a la desaparición de 75% de las especies
, dice Jaime Urrutia, de la UNAM
El siguiente paso, estudiar cómo se recuperó la vida en la Tierra
Viernes 5 de marzo de 2010, p. 2
El impacto de un asteroide con la Tierra, hace más de 65 millones de años –en la zona conocida como cráter Chicxulub, en Yucatán–, provocó la desaparición de 75 por ciento de las especies, marinas y terrestres, entre éstas todos los dinosaurios, aseguró un grupo de 41 científicos en un artículo publicado ayer en la revista Science.
Entre los investigadores que participaron en el estudio están Jaime Urritua Fucugauchi, científico del Instituto de Geofísica (IGf) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y pionero en el estudio del cráter, quien informó que el documento científico aporta evidencias geológicas que confirman la hipótesis –presentada por primera vez en 1980– de que la desaparición de la mayoría de las especies en aquella época se dio por la colisión del objeto extraterrestre. Resaltó la importancia para la ciencia mexicana de que este laboratorio geológico se encuentre en México.
“El impacto está asociado con la extinción de 75 por ciento de los organismos, marinos y terrestres: todos los dinosaurios, los reptiles marinos y los voladores, incluso microorganismos, y otros emblemáticos, como las amonitas, que son como los nautilus característicos del Mesozoico.”
Urrutia, quien fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009 por sus investigaciones sobre este cráter, destacó que en el artículo publicado en Science participaron 41 autores de 30 grupos de investigación de varios países, entre ellos México, Inglaterra, Alemania, Bélgica, España, Japón, Holanda y Estados Unidos. Son tres los científicos mexicanos que participaron en esta publicación: Urrutia; Mario Rebolledo, del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán, y Manuel Grajales, del Instituto Mexicano del Petróleo.
El artículo aborda a profundidad tres temas asociados con el cráter: los datos y observaciones acumulados sobre el impacto; la relación de éste con el límite Cretácico-Paleógeno y una capa de arcilla e iridio que se formó tras el suceso, así como la correlación del choque con las extinciones de 75 por ciento de las especies animales y vegetales que vivían entonces en la Tierra.
En la primera parte hay evidencias contundentes para concluir que Chicxulub es un cráter de 200 kilómetros de diámetro provocado por el impacto de un asteroide de 10 kilómetros diámetro que chocó con el planeta, en lo que hoy es la península de Yucatán, hace más de 65 millones de años, a una velocidad de entre 20 y 25 kilómetros por segundo.
En la segunda parte, los científicos señalan que el impacto marca el fin del periodo Cretácico y el inicio del Paleógeno (antes llamado Terciario). Esto se pudo concluir gracias al análisis de la capa de arcilla e iridio que se encuentra en el cráter.
Se hizo un análisis detallado de la capa de arcilla con iridio en diferentes localidades del mundo, y se analizó si tiene la firma química y minerológica de Chicxulub. Se concluye que la capa que marca el límite corresponde a la generada por Chicxulub; la correlación es muy detallada y sólida
, comentó Urrutia.
El registro geológico de este sitio muestra que el único meteorito de gran tamaño impactó contra la Tierra justo en el límite de ambos periodos. Todos los cambios notables en los ecosistemas del planeta se produjeron justo en esa línea. Los impactos del asteroide contra los sedimentos ricos en azufre presentes en Chicxulub son la causa más segura de la extinción en masa de cientos de especies, lo cual revira la hipótesis de que la extinción de los dinosaurios se originó por una serie de erupciones en Deccan, India, que se presentaron 400 mil años antes de la desaparición de estos reptiles.
Nueva perforación
El investigador universitario aseveró que el registro fósil es más completo en la parte marina del cráter que en la continental, pues la mayor parte del boquete se encuentra mar adentro. Por ello un grupo de científicos encabezados por el propio Urrutia dará inicio a una nueva excavación, a fin de profundizar aún más en los efectos físicos del impacto y en investigaciones que revisarán cómo se recuperó la vida en la Tierra después de ese hecho.
La penetración se realizará en la parte central y marina del gigantesco boquete, luego de que el estudio aprobó una estricta evaluación científica y financiera realizada por el panel internacional Programa Integrado de Perforación Oceánica, plan de investigación marina que estudia la historia de la Tierra y la estructura registrada en los sedimentos del fondo del mar y las rocas.
Urrutia informó que se cuenta con más de 5 mil muestras de la parte del cráter que se halla en tierra; por ello el deseo de explorar la región marina, que es mucho más profunda. Una vez aprobada la nueva etapa de investigación, la planeación durará un par de años.
Confirmado que debido al impacto se extinguieron casi todos los organismos animales y vegetales, una de las preguntas a resolver a futuro es: ¿Cómo lograron sobrevivir otras especies?