Hospitalizan a uno que estaba en ayuno; exigen indemnizaciones
Viernes 5 de marzo de 2010, p. 36
Cancún, QR., 4 de marzo. Treinta y cinco choferes despedidos de la empresa Maya Caribe de Quintana Roo cumplieron hoy 100 días en plantón frente al palacio de gobierno, en esta ciudad, para exigir indemnizaciones conforme a la ley.
Uno de los manifestantes, César Jiménez Mosqueda, quien estaba en huelga de hambre desde hacía 39 días, sufrió una descompensación y fue hospitalizado.
El gobernador Félix González Canto protege a la compañía porque es la caja chica del gobierno
, dijo Agustín López Palma, uno de los conductores que participan en el plantón.
Hace casi seis meses las cuatro empresas de transporte público de pasajeros de Cancún se fusionaron en una sola, Movibús. Maya Caribe, que formó parte de esa fusión, despidió a 69 trabajadores y se niega a indemnizarlos con el argumento de que trabajaban por comisión.
Los conductores trabajaban todos los días de la semana sin descanso, y si no laboraban tenían que pagar entre 500 y 800 pesos a la empresa por día.
Por eso demandaron el pago de indemnización conforme a la ley, prima vacacional, aguinaldo, antigüedad, días festivos, séptimo día, prima dominical y salarios caídos.
Luego de varias negociaciones, Maya Caribe sólo ofreció la mitad de las liquidaciones y menos de una quinta parte de lo que pedían por vacaciones y aguinaldo.
La mesa de negociación está rota. Tres de los inconformes iniciaron una huelga de hambre hace 39 días, y dos (José Hernández Carrasco y César Jiménez Mosqueda) ya fueron hospitalizados. Sólo se mantiene en ayuno el líder moral
del movimiento, Joseph Evía Choza.
La empresa de autobuses Maya Caribe es propiedad del Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo de Cancún, gremio de propietarios de taxis asociado al Partido Revolucionario Institucional.
“El gobernador quiere el apoyo del sindicato para las elecciones –aseguró López Palma–. El sindicato pone dinero para los candidatos y es importante para la movilización”, agregó.
El ex operador admitió que cuando todavía no los despedían los mandaban a acarrear gente
el día de las elecciones y debían hacerlo sin recibir pago alguno, como contribución al partido
.