Sociedad y Justicia
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Informan sobre plan de alto rendimiento de maíz sin transgénicos

Piden discrepantes promover modelo de agricultura campesina ecológica
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 5 de marzo de 2010, p. 45

Guadalajara, Jal., 4 de marzo. Los gobiernos de los países en desarrollo, donde habitan 780 de los 815 millones personas que padecen hambre en el mundo, deben tomar decisiones, implementar políticas públicas e invertir a favor de la autosuficiencia y la soberanía alimentaria, a través de un modelo de agricultura campesina ecológica, centrado en el bien común y no a favor de las corporaciones que promueven el uso de semillas transgénicas, coincidieron especialistas participantes en el foro alterno al que organiza en esta capital, sobre el uso de biotecnologías en agricultura, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), con delegados de 60 naciones.

Para garantizar que esa dramática cifra de seres humanos con hambre no se dispare en el futuro, la FAO debe impulsar un modelo de agricultura sostenible a largo plazo y no una agricultura basada en cultivos transgénicos, cuyo uso se justifica con el argumento de que la agricultura a pequeña escala es incapaz de proveer alimentos suficientes para satisfacer la demanda de una población creciente, declaró Adelita San Vicente, de la campaña Sin maíz no hay país.

Afirmó que México es la prueba de que no se requiere una producción industrializada en el campo, pues en el territorio nacional 70 por ciento de la producción del maíz está en manos de pequeños productores con menos de cinco hectáreas, quienes producen 50 por ciento del total del maíz que se consume en el país.

Mientras en Sinaloa, el estado más productivo del país, la tasa de rendimiento anual de maíz durante los últimos 14 años ha sido de 4 mil 279 kilogramos por hectárea, bajo condiciones de riego, los resultados de nuestro Programa Especial de Maíz de Alto Rendimiento fueron de 2 mil 360 kilos por hectárea en predios menores a seis hectáreas de temporal. El impacto fue tal que a pesar de haber padecido el segundo mes de julio más seco de los últimos 68 años, de mantenerse fijo el consumo de maíz y con apoyo para implementar este programa en 50 por ciento de la superficie destinada a la producción de maíz, de un año a otro y sin transgénicos, alcanzaríamos la autosuficiencia en el país, que hoy por hoy, es el segundo importador de maíz, declaró por su parte Antonio Hernández, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo.

Pánfilo Hernández, de la organización campesina Grupo Vicente Guerrero, de Tlaxcala, dijo que desde hace años se trabaja con comunidades campesinas e indígenas en el rescate y reproducción del maíz nativo y otras semillas, con el objetivo de enfrentar al cambio climático.

Los activistas ambientales y promotores del maíz natural entregaron, durante el último día de la reunión Biotecnologías agrícolas en los países en desarrollo: opciones y oportunidades de la FAO, un pliego con 11 puntos para que la organización los tome en cuenta en el combate al hambre y al cambio climático. El documento fue entregado a Modibo Traore, director adjunto del organismo de Naciones Unidas.

Entre otras peticiones, exigieron adoptar un modelo de agricultura campesina, apoyar a los labriegos para que sigan reproduciendo y custodiando la agrobiodiversidad, la comercialización justa, la investigación pública en tecnologías convencionales y agroecológicas, el derecho a la alimentación sana, diversa y de calidad, proteger los centros de origen y diversificación, así como reconocer los saberes tradicionales de los pueblos autóctonos y de las comunidades.