Raúl González Lara regresó ayer a los micrófonos radiofónicos para denunciar a la Legión de Cristo: Lo que más les duele, lo que más les importa es su dinero, y por ello –expresó– pretenden hacerlo pasar a él, a sus hermanos y a su madre como victimarios por exigir la entrega de una herencia, así como un resarcimiento económico por los ultrajes sexuales a que fueron sometidos por Marcial Maciel, su padre y fundador de la congregación católica.

Asimismo y para salir al paso de las acusaciones sobre un intento de chantaje realizado por Carlos Skertchly –procurador de la organización–, retó a Álvaro Corcuera, el sucesor de Maciel, a hacernos la prueba del polígrafo, y el que mienta, que se vaya a la cárcel el resto de su vida.

De entrada, Raúl González dijo a Carmen Aristegui que la herencia de seis millones de dólares reclamados a la Legión de Cristo les fue anunciada por el propio Maciel en su última voluntad, en varias ocasiones.

Compró nuestro silencio

Añadió: Incluso, estudiando bien la situación, armando bien el rompecabezas, nos damos cuenta de que compró nuestro silencio para que nunca lo denunciáramos. Y lo aceptaron porque (con) la capacidad de mentir, de engañar, de envolver a las personas (que tenía Maciel), qué no les pudiera hacer a sus hijos... entonces, obviamente, compramos su idea.

En relación con 20 millones de dólares exigidos a los legionarios, González de Lara asumió la veracidad de ello, en respuesta a la pregunta de Carlos Skertchly sobre cómo podían ayudar la Legión a él y a su familia.

Yo le dije que pagando esa cantidad por los abusos cometidos. Diez (millones de dólares) por los abusos sexuales cometidos a Omar, y diez por los abusos sexuales cometidos a mi persona durante nueve años por mi papá, señaló.

Tampoco refutó su ofrecimiento al procurador de la congregación, en el sentido de callar las afrentas de Maciel a cambio de ese dinero. Así fue. Sí, acepto, se lo comenté. Fue una situación muy difícil y estresante. Sin embargo, la decisión fue tomada así para terminar ese capítulo. Ya estábamos muy cansados de esa situación. Pedimos que no se hagan las víctimas (los legionarios) porque son actos reprobables; es un crimen y todos los crímenes, como en todo el mundo, deben pagarse.

Consideró lamentables las acusaciones en su contra por quienes hablan de la moral, de los valores, de la familia... y sabiendo y aceptando en conversaciones anteriores que somos familia y que somos hijos del padre Marcial Maciel, tal y como lo expresa Jesús Quirce (rector de la Universidad Anáhuac) en sus discursos.

Asimismo, en la entrevista dio detalles sobre otro fideicomiso abierto para él y la hija y esposa de Maciel radicadas en España –Norma y Norma Hilda Baños, respectivamente– por 500 mil dólares para cada uno, y del cual una funcionaria de Citibank de apellido Catter –al parecer vinculada con Jaime Durán, consejero financiero de la Universidad Anáhuac– le informó que ya no existían fondos.