Presenta 200 cajas de acrílico con forma de libro que contienen tierra de varias procedencias
Elegí ese material por sus contenidos político, religioso, social, sentimental y familiar
, señaló
Domingo 7 de marzo de 2010, p. 8
Hace dos años, la artista visual Mariana Dellekamp hizo el proyecto Arquitecto, el cual consistió en intervenir el librero de un coleccionista a fin de hablar de dónde saca el bagaje para ser lo que es. Como trabajo final quedó su intervención junto con otros dos libros que se produjeron.
De allí su interés en ya no nada más tomar el libro como tal, sino también en lo que era el librero, como contenedor de otro tipo de información
. Hizo nuevos libreros, inclusive, uno de literatura erótica. Siempre eran libreros de terceras personas. De hacer uno que fuera suyo, que le representara, ¿cuáles serían las cosas que pondría allí?
Así surgió el proyecto Biblioteca de la Tierra, integrado actualmente por 200 títulos, que se muestra por vez primera en el Museo de Arte Moderno. A la hora de escoger el contenido del librero, escogí la tierra por su capacidad de significados. No nada más es la parte física de la materialidad de la tierra, sino en muchos casos hay un contenido político, religioso, social, sentimental y familiar
.
Dellekamp decidió que éste tenía que ser un proyecto social: “Siempre había hecho cosas con otras personas, pero no a ese nivel; entonces, decidí usar las redes sociales de Internet y armar una para que el proyecto se pudiera llevar a cabo. Lancé convocatorias por correo electrónico, en las diferentes estaciones del año, solicitando a personas de todo el mundo me enviaran tierra de su entorno o de sus travesías.
“Biblioteca de la Tierra empezó como la necesidad de localizar gente que de alguna forma tenía un nexo conmigo. Pero, esas mismas personas comenzaron a buscar personas que tenían nexos con ellos, pero no conmigo. Y, ese tercero buscó otro nexo, entonces, la red social se fue agrandando, y hay personas que no conozco. Eso permitió entender la biblioteca como ente social que tiene la posibilidad de ir más allá de lo que es sólo mi persona”.
Cuando la tierra llegaba a manos de Dellekamp la metía en cajas de acrílico con forma de libros. El lugar o país de donde vino la tierra se convierte en el título y las coordenadas en el subtítulo. Hay personas que deciden no mandar tierra, sino algún elemento orgánico, como arena, conchas, cristal de roca o madera petrificada.
En el Museo de Arte Moderno los volúmenes no se muestran en libreros, sino sobre mesas de trabajo con la finalidad de hacer entender que no está terminado, que requiere la contribución de la gente. La sala, inclusive, tiene un recipiente para el depósito de más aportaciones. Una de las cajas de acrílico guarda un oficio de un envío que no pudo entrar al país. A la artista le encantó la metáfora de que tu tierra no pueda viajar para hablar de otros temas, por ejemplo, cómo se emprenden los viajes
.
Acota: Sabemos que hay más implicaciones, que pasan por salubridad. Sé que manejar tierra es peligroso y hemos tenido todas las precauciones, se ha esterilizado, hemos sido muy responsables en esa parte
.