La ciudad de México se ha convertido en una ínsula de modernidad jurídica en la República al impulsar valores como la tolerancia, libertad e igualdad, afirmó ayer el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Édgar Elías Azar, en el contexto de la presentación del Mecanismo de Seguimiento y Evaluación del Programa de Derechos Humanos del DF, en el antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Y presumo que somos nosotros el oasis de la libertad, acotó el magistrado, quien recordó que en 2007 los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial locales comenzaron a trabajar de manera coordinada con representantes de organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, sociedad civil y la academia en la elaboración de un programa en la materia, el cual presentó el año pasado el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard Casaubon.

El Ejecutivo capitalino abundó que en el presupuesto de 2010 no sólo se incluyeron recursos para el programa de derechos humanos, sino que su aplicación se hizo obligatorio para todos los entes públicos del DF.

Ahora se asume un nuevo compromiso, ya que casi 10 mil funcionarios vamos a ser evaluados en todo lo que hacemos.

Ebrard Casaubon manifestó que se deben escuchar las críticas al trabajo que se realiza, pero también la posibilidad de explicar el por qué de tal o cual decisión. Entonces, una construcción colectiva quizá sea lo más importante, porque no depende de la voluntad de una persona ni será sólo el esfuerzo de una administración.

Señaló que en discusiones políticas y parlamentarias se dice: bueno, ¿por qué derechos humanos? Pues nada más habría que recordarles que el movimiento de Independencia de México se inició en buena medida para reivindicar derechos humanos, para tener un gobierno propio, una nación.

El jefe de Gobierno sonrió al remarcar: se puso de moda desde Hidalgo, nada más que no se habían enterado. Y va a seguir de moda, así que se van haciendo a la idea.

Luis González Placencia, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF, dijo que otras entidades de la República deberían seguir el ejemplo del gobierno capitalino. Mientras, Liliana Valiña, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, calificó la instalación de este mecanismo de evaluación como un hecho sin precedentes en el mundo, porque permitirá conocer los impactos de las acciones gubernamentales desde una perspectiva de derechos humanos en la vida cotidiana de las personas.