La complejidad y el alto costo del sistema tributario mexicano estimulan la evasión y elusión fiscales, debido a la multiplicidad de impuestos, exenciones, tasas diferenciadas y gravámenes especiales, aseguró la iniciativa privada.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) indicó que, de acuerdo con un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México es el quinto país en América Latina donde las empresas requieren más tiempo para cumplir con el fisco, mientras 70 por ciento de las microempresas no pagan impuestos.

El organismo, dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), destacó la importancia de contar con un sistema fiscal que cumpla con los principios básicos de equidad, eficiencia y neutralidad, y que al mismo tiempo permita elevar la competitividad del país a través de la simplificación del sistema tributario.

En su análisis semanal el centro de estudios precisó que, de acuerdo con el análisis del BID titulado La era de la productividad: transformando las economías desde los cimientos, las empresas mexicanas invierten 517 horas en promedio para cumplir con sus obligaciones fiscales, lo que representa un elevado costo para sus finanzas.

Este resultado colocó a México en la quinta posición entre los países que más tiempo requieren para realizar el pago de impuestos, sólo después de Brasil, Bolivia, Venezuela y Ecuador.

El análisis del BID indica también que los sistemas impositivos latinoamericanos tienen altos costos de transacción, debido a que las empresas en esta región invierten en promedio 320 horas al año en calcular, preparar, presentar y pagar (o retener) sus impuestos, casi el doble de lo que destinan en promedio sus contrapartes en países de ingresos elevados.

Indica que dicho proceso toma unas 2 mil 600 horas en Brasil, mientras en países como Granada, Dominica y Santa Lucía lleva 140, 120 y 90 horas, respectivamente.

Agrega que la recaudación tributaria en América Latina y el Caribe es baja en comparación con los estándares internacionales, y se concentra en las empresas grandes.

Además, los impuestos, que en promedio llegan a 48 por ciento de las utilidades, son altos si se comparan con lo que ocurre en países de altos ingresos, donde alcanzan en promedio 41 por ciento de las utilidades.

El CEESP añadió que al modificar los precios de los productos los gravámenes distorsionan las decisiones de los consumidores y de los inversionistas, debido a que la función de los precios es mandar señales sobre el costo de oportunidad a los participantes del mercado respecto a decisiones de compra o inversión.