Grupos financieros ganaron 16 mil mdd en comisiones por remesas
Esfuerzos adicionales de los migrantes
o es para presumirlo, pero México destaca en América Latina como uno de los principales expulsores de mano de obra. De acuerdo con la estadística oficial, en la primera década del siglo XXI alrededor del 10 por ciento de la población económicamente activa del país habrá cruzado la frontera norte en busca de mejores condiciones de vida y oportunidades laborales, ante las fallas y carencias estructurales de la economía interna. De hecho, en el sexenio foxista más de 3 millones de paisanos emigraron –la totalidad, prácticamente, a Estados Unidos– ante la falta de empleo y oportunidades, es decir, uno por minuto en el periodo que Vicente Fox permaneció sentado en Los Pinos, tendencia que no se ha modificado con Calderón, y por lo visto no se modificará.
Nunca ha sido fácil establecerse en Estados Unidos, pero la crisis les ha complicado aún más el panorama a los migrantes mexicanos. En el dorado norte, los expulsados de su tierra enfrentan creciente desempleo, menor ingreso al de por sí bajo salario recibido por su estatus migratorio, racismo, persecusión y demás gracias del auto denominado paraíso, pero aún así al sistema económico que los expulsó le inyectaron (2001-2009) alrededor de 165 mil millones de dólares, algo así como 17 por ciento del producto interno bruto mexicano al cierre del año pasado, o si se prefiere casi dos veces las fortunas conjuntas de los barones mexicanos que aparecen en Forbes.
A cambio, del gobierno mexicano sólo han recibido abundantes discursos y promesas sobre la firma inminente
de un perenemente cercano
acuerdo migratorio con el vecino del norte que nunca se concreta, mientras a sus costillas los grupos financieros privados realizan pingües negocios con el trasiego de remesas de los migrantes (vía altas comisiones), a quienes, por tal concepto, les retuvieron
aquí y allá alrededor de 16 mil millones de dólares entre 2001 y 2009.
En el citado periodo, el ingreso al país por concepto de remesas se incrementó año tras año, hasta que en 2008 el monto se redujo cerca de 4 por ciento con respecto a 2007, y en 2009 alrededor de 16 por ciento, en relación con 2008. Aún así, proporcionalmente el registro es mayor en el actual sexenio: en los seis años de Fox sumaron alrededor de 92 mil millones de dólares; en el primer trienio de Calderón cerca de 73 mil millones, para redondear en nueve años 165 mil millones de billetes verdes, un flujo que alivió la crítica situación de millones de familias receptoras.
Sin duda la crisis redujo el monto de remesas, pero a pesar de ello la paisanada envió a México más de 21 mil millones de dólares en 2009, contra 25 mil millones en 2008. El pronóstico para 2010 apunta a una mayor reducción en este renglón, lo que no será impedimento para que el país conserve el primer lugar latinoamericano como nación receptora, y de paso se confirme, por si hubiera duda, que la tan cacareada fortaleza
económica en la República del catarrito
depende de cuatro ingresos: el petrolero, el de las remesas, el turístico y el de los narcodólares. Más allá de eso, la pujante economía mexicana es inexistente.
A nivel latinoamericano el panorama no es distinto. De hecho, el BID advierte que los efectos de la crisis sobre los flujos de remesas a América Latina y el Caribe son relevantes en la medida en que por primera vez el monto total de remesas enviadas (2009) fue menor al total registrado el año anterior, incluso menor a la cifra registrada en 2006. Sin embargo, a pesar de estas reducciones, las remesas enviadas en 2009 representan más de 10 por ciento del PIB para varios países de la región (Guatemala, Jamaica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Haití y Guayana), y significan una fuente de ingreso imprescindible para millones de familias en la región que dependen de estos flujos para cubrir gastos básicos como la compra de ropa, medicinas o alimentación
.
A corto plazo es poco probable que se observe una recuperación importante de los flujos, anota el organismo financiero, debido en gran medida a que no se esperan grandes crecimientos en las economías emisoras de remesas (la estadunidense, en primer lugar). Pero la desaceleración en la caída de los últimos meses permite plantear una base sobre la cual las remesas puedan mantenerse o incluso experimentar nuevamente un proceso de crecimiento en el futuro cercano. En los últimos meses de 2009 se observó una estabilización significativa en las tasas de decrecimiento de estos flujos. De igual manera, los datos sobre migración y empleo en economías como Estados Unidos sugieren cierta estabilización, que llevan a pronosticar una desaceleración importante en la caída de las tasas de crecimiento de remesas estabilizando su tendencia durante 2010
.
En cualquier caso, este pronóstico debe tener en cuenta que los migrantes han realizado esfuerzos adicionales durante la crisis para mantener el envío de recursos a sus hogares, sea a través de sus ahorros, préstamos, anticipos o la reducción de sus gastos. “Por lo tanto, incluso ante una recuperación de las tasas de empleo e ingreso, la vulnerabilidad económica de los migrantes después de varios meses de incertidumbre y gastos postergados puede forzarlos a readecuar sus gastos, buscando asegurar su propia situación antes de incrementar o reanudar sus envíos de remesas.
La coyuntura económica
(así le llama el BID al problema estructural) afecta al empleo y los ingresos de los migrantes en los países de acogida, lo que en 2009 provocó una caída de 15 por ciento en el volumen total de remesas en América Latina con respecto al año anterior. La recesión en los países tradicionales de acogida de los migrantes latinoamericanos (Estados Unidos, España y Japón) tuvo un fuerte impacto en las tasas de empleo e ingresos de los emisores de remesas y, como consecuencia, el valor anual acumulado se redujo a 58 mil 800 millones de dólares, de los que 36 por ciento se enviaron a México.
Las rebanadas del pastel
Fluyen las oscuras historias y los negros acontecimientos en los antros de la ciudad de México, que funcionan como república aparte. Ahora en las delegaciones Cuauhtémoc y Coyoacán, donde otra vez relucen juniors, guaruras, armas de fuego, heridos, muertos, violaciones a la ley, inspectores que no inspeccionan y el yo no fui
de las autoridades que sólo extienden la mano y cierran los ojos, mientras la bullanguera disfrazada de monja panista Marianita Gómez del Campo exige ampliar horarios en los giros negros para reactivar la economía en la capital e impulsar el empleo
. Y así, hasta el próximo muerto.