Ciudad Juárez, Chih., 16 de marzo. Los asesinatos de las tres personas relacionadas con el consulado de Estados Unidos fueron premeditados y perpetrados casi de manera simultáneamente por dos grupos armados. “Los asesinos conocían a sus víctimas y fueron directamente a ejecutarlas”, revelaron autoridades de la Operación Coordinada Chihuahua.

El sábado pasado, desconocidos asesinaron a Lesley Ann Enriquez, empleada del consulado con tres meses de embarazo; su esposo, Arthur H. Redelf (ambos de nacionalidad estadunidense), así como al mexicano Jorge Alberto Salcido Ceniceros, esposo de otra trabajadora mexicana en aquella oficina. Los tres habían asistido a una fiesta infantil.

Autoridades de la Operación Coordinada Chihuahua informaron que, de acuerdo con las investigaciones, con dos o tres minutos de diferencia, y una distancia de cuatro kilómetros, los sicarios mataron a las tres personas y lesionaron a dos hijos del ciudadano mexicano (Jorge Alberto Salcido Ceniceros).

Las indagatorias señalan que “fueron dos los grupos que perpetraron los crímenes. Antes de ser ultimados, Lesley Ann Enriquez y su esposo fueron perseguidos cerca de un kilómetro, mientras Jorge Alberto Salcido fue seguido unos 600 metros antes de ser atacado.

“Lesley Ann Enriquez recibió un balazo en la cabeza, en tanto que su esposo tenía heridas de bala en cuello y un brazo. Su bebé, de aproximadamente un año de edad –que estaba en el asiento trasero–, resultó ileso.”

En el lugar de los hechos sólo se halló un casquillo percutido calibre 9 milímetros, por lo que se intensificaron los trabajos periciales para detectar más elementos balísticos.

Como parte de la investigación se analiza que las dos camionetas en que viajaban los estadunidenses y el mexicano tienen características similares: son de modelo reciente y color blanco.

Se indaga si los sicarios se confundieron y persiguieron ambas camionetas para evitar que escaparan los ocupantes o si tenían orden de eliminar a los tripulantes de las dos unidades.

El 12 de marzo, 24 horas antes de los homicidios, mediante un comunicado difundido en su sitio en Internet el Departamento de Estado estadunidense emitió una alerta en la que advertía a su personal y a los ciudadanos de aquel país que no acudieran al bar El Reco, ubicado a unos metros de la sede diplomática.

Este martes, Arturo Chávez Chávez, procurador general de la República, se reunió con funcionarios estadunidenses en El Paso, Texas, con la finalidad de esclarecer el triple homicidio.

Investigan posibles nexos con criminales

Gustavo Castillo García

Agencias mexicanas y estadunidenses investigan la presunta existencia de dos amenazas de muerte –una de ellas de diciembre pasado– contra Lesley A. Enriquez, funcionaria del consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, Chihuahua, así como el involucramiento de los cárteles de Sinaloa y de Juárez en la muerte de Arthur H. Redelf (esposo de Enriquez) y de Alberto Salcido Ceniceros.

Funcionarios mexicanos señalaron que la orden que recibieron los agentes nacionales para trabajar con las autoridades de Estados Unidos consiste en que compartan información y evalúen de manera paralela los datos y pistas que se vayan obteniendo.

Los dos estadunidenses y el mexicano fueron ejecutados por presuntos grupos del crimen organizado que operan en esa comunidad fronteriza el pasado sábado, después de que asistieron a una fiesta infantil en casa de una empleada del consulado.

La muerte de Arthur H. Redelf y su mujer, Lesley A. Enriquez, ocurrió en las inmediaciones de un puente internacional que los llevaría a El Paso, Texas.

Alberto Salcido Ceniceros fue asesinado minutos antes en la colonia San Patricio.

De acuerdo con la información obtenida, agencias mexicanas investigan la hipótesis de dos amenazas de muerte contra Lesley A. Enriquez, así como el hecho de que supuestamente Salcido Ceniceros se desempeñó como agente de la Policía Ministerial de Chihuahua.

Los entrevistados revelaron que, en el primer caso, trabajarán con las autoridades de Estados Unidos para dar seguimiento a las llamadas telefónicas y reuniones que Enriquez habría sostenido con diversas personas, tanto en México como en Estados Unidos, en los 30 días recientes, con la finalidad de determinar si no tenía problemas con integrantes del crimen organizado.

El seguimiento de la vida de Salcido Ceniceros y el hecho de que su esposa trabajara en el consulado estadunidense, ha desembocado en una investigación similar, toda vez que dentro de la Policía Ministerial varios elementos han sido detenidos por tener nexos con bandas de delincuentes.