Durante una reunión con integrantes de comisiones unidas de Asuntos Fronterizos del Senado, legisladores de Estados Unidos deploraron el incremento de la violencia en Ciudad Juárez y consideraron que debe haber más colaboración entre los gobiernos de ambos países, pero reconocieron que es difícil frenar el tráfico ilegal de armas, porque no existe una legislación nacional estadunidense en la materia.

Denise Moreno Ducheny, integrante del Senado de California y presidenta de la Conferencia Legisladora Fronteriza, explicó que las leyes para el control de armas son distintas en cada estado y las medidas que se adoptan son de carácter local.

Aseguró que ya han planteado a los legisladores federales la necesidad de trabajar juntos para armonizar la ley, sobre todo después de que en 2004 se derogó la prohibición de vender armas de asalto.

En tanto, el senador Fernando Castro Trenti, del PRI, dijo que parte toral del incremento desmedido de la violencia es el fácil acceso de los narcotraficantes a armamento cada vez más sofisticado, de alto poder, procedente de Estados Unidos.

Por eso, resaltó, el gobierno de Barak Obama debe reconocer que el problema de fondo es la falta de regulación en la comercialización y control de armas producidas en su territorio.

Durante la reunión, en la que participaron 10 senadores y representantes de estados fronterizos de Estados Unidos, expresaron el compromiso de colaborar en su ámbito de competencia para frenar la criminalidad en Chihuahua. Consideraron fundamental que haya un reforzamiento de los programas de seguridad en la frontera.

Elliot Shapleight, integrante del Senado de Texas –representa un distrito que incluye a El Paso–, expuso que más de 400 mil juarenses han salido de ese municipio y ahora son refugiados de la violencia.

Lamentó que la vida económica de ese municipio vaya en picada a consecuencia del incremento de la inseguridad. Hace cinco años había 12 mil negocios en el registro municipal y ahora sólo quedan 2 mil.

Mencionó que una de cada cuatro casas está vacía y de no colocarse en el centro de la acción, el cáncer de la delincuencia que padece Ciudad Juárez se adentrará en Estados Unidos.